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Fútbol y teología

Entre las cuestiones que se discuten estos días en las desgustaciones, después de dejar los niños en la escuela es si Mourinho si o Mourinho no. Si sí o si no se es partidario, más en concreto.

En la discusión terció un directivo del Madrid, refiriéndose a Jesucristo en su papel de director del departamento de Recursos Humanos de aquel grupo que eran sus Apósteles y Apóstolas. Lo imáginó cavilando acerca de a quien dejar la responsabilidad de guiar la Iglesia, y dijo que cuando eligió a Pedro, aquel "pescadero ardoroso y apasionado" en lugar de a Juan, "el genio frío", estaba en realidad pensando en Mourinho y en sus carreras por la banda para celebrar los goles.

Que cómo es posible se contesta muy fácil porque Jesús era Dios y podía pensar en lo que le viniera en gana, hasta en el Madrid. En esto yo no reprocharía nada a este directivo merengue.

Lo que creo es que debe revisar sus fuentes, porque no consta en ningún lado que Pedro fuera pescadero, sino pescador, que no es lo mismo capturar un rodaballo que limpiarlo y ponerle el precio y convencer a uno para que lo compre, aunque no se sabe qué es más difícil. Y lo de que Juan fuera un genio frío también suena a inventada de las gordas.

Pero se agracede este interés por sintetizar fútbol y teología en la víspera de la visita del Papa, a ver si algún periodista le pregunta en la rueda de prensa al Pontífice si se considera más genio frío o pescadero, si más Pellegrini o más Mourinho.

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