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Futbol es futbol


Futbol es futbol, decía Boskov. Y elevando un poco el nivel de la discusión, que para eso fue ministra de Cultura, dice Esperanza Aguirre que literatura es literatura.

La pregunta era capciosa, como todas las que recibe la presidenta de la Comunidad de Madrid: "¿qué le parece que Sánchez Dragó siga presentando un programa en la televisión pública después de haber reconocido que se acostó con dos menores?"

Y contestó dando una lección: "La historia de la literatura está plagada de relatos de actos absolutamente reprobables. García Márquez, Henry Miller, Gil de Biedma... ¿Qué pasa, que hay que quemar los libros en la hoguera? ¿Hay que quemar a los autores?".

Que no, dijo el periodista, que no le pregunto si habría que quemarlo, sino si le parece bien que dirija un programa en Telemadrid.

Ah, perdona, contestó, es que con tanto barullo no te entiendo. "Si hubiera hecho propaganda o apología de un delito en una televisión pública, eso sí que no". Tambien podía haber contestado que no es lo mismo atracar a una señora por la calle en tus horas libres que hacerlo delante de las cámaras, en un plató.

Y como llevaba muy bien preparado el tema, ha vuelto a decir que "la literatura es eso, literatura".

Eso es porque Esperanza es de pensamiento simple. Por eso puede presidir la Comunidad de Madrid.

Yo no. Soy de pensamiento complejo. Por eso doy Filosofía. Y creo, como dice Gustavo Marín Garzo, que "la Literatura existe para hacerse la pregunta que es el verdadero misterio del mundo: de donde proceden, a pesar de todo, el bien y la dulzura".

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