Algunos expertos en la materia dicen que la felicidad consiste en maximizar los momentos de placer y minimizar los momentos de dolor, o de sufrimiento. Es una teoria.
Como cuatro días de fiesta seguidos maximizan bastante el placer de una persona media, aunque se pasen en Lloret y lloviendo, luego tienes que volver a trabajar, o sea, a pelear contra el sufrimiento que amenaza con apoderarse de tí.
Por eso el martes por la mañana, las enfermeras y fisioterapeutas del Servicio de Electroterapia del Hospital Comarcal de Béjar andaban mirando en el calendario la fecha del próximo puente, y se cagaban en todo al comprobar nuevamente, como si no lo tuvieran más que visto, que el 1 de mayo cae en domingo.
Para los enfermos que esperábamos pacientemente a que nos aplicaran los electrodos, la microonda y demás historias, era un sufrimiento comprobar cómo la fuente se sufrimiento de las enfermeras éramos precisamente nosotros.
Aunque en el fondo sufríamos menos porque no habíamos pasado los cinco días de fiesta intentando maximizar el placer, sino intentando minimizar el dolor, por lo cual no fuimos a Lloret y nos aplicamos a la ingesta de medicamentos.
A diferencia de las enfermeras, nosotros no miramos al calendario. Es él quien nos mira a nosotros y se peta de risa.
Como cuatro días de fiesta seguidos maximizan bastante el placer de una persona media, aunque se pasen en Lloret y lloviendo, luego tienes que volver a trabajar, o sea, a pelear contra el sufrimiento que amenaza con apoderarse de tí.
Por eso el martes por la mañana, las enfermeras y fisioterapeutas del Servicio de Electroterapia del Hospital Comarcal de Béjar andaban mirando en el calendario la fecha del próximo puente, y se cagaban en todo al comprobar nuevamente, como si no lo tuvieran más que visto, que el 1 de mayo cae en domingo.
Para los enfermos que esperábamos pacientemente a que nos aplicaran los electrodos, la microonda y demás historias, era un sufrimiento comprobar cómo la fuente se sufrimiento de las enfermeras éramos precisamente nosotros.
Aunque en el fondo sufríamos menos porque no habíamos pasado los cinco días de fiesta intentando maximizar el placer, sino intentando minimizar el dolor, por lo cual no fuimos a Lloret y nos aplicamos a la ingesta de medicamentos.
A diferencia de las enfermeras, nosotros no miramos al calendario. Es él quien nos mira a nosotros y se peta de risa.
Como toda teoría (y ésta que dices tiene una pinta estupenda) lo difícil es llevarla a la práctica.
ResponderEliminarY más cuando la bondad para unos depende del jorobarse de los otros.
Y además están los de las frases lapidarias:
¿Qué estás deprimido? ¡Anímate hombre!.
"No hay mal que cien años dure"
"Es que le das demasiada importancia a las cosas"
"Podrías poner más de tu parte"
"Cuando hay cambios de tiempo, todos venís igual"
" No te quejes que peor estoy yo que......"
" Siempre que ha llovido, ha escampado"
"Es que el Señor nos manda unas pruebas..."
"No sé de qué os quejáis los que no habéis pasado una guerra"
y bla, bla, bla....