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Tendencias

Todo el mundo tiene días mejores y días peores.

Andy Whittaker percibe, no obstante, una tendencia: a peor.

Yo también.

No sé si será el gris del cielo, el gris del suelo, o el gris de media altura, que me toca la conciencia y el cerebro.

O la dichosa manía de María de cambiarme las cosas de sitio.

Porque ni encuentro las cosas ni me encuentro a mí.

Comentarios

  1. Cuando uno se encuentra en momentos bajos no conviene nada leer a los que también son o están un poco cenizos, porque se potencia lo negativo y "la cagamos tía Paca".

    O sea, que deja a un lado al Andy Whittaker de los coj.....y lee a Eduard Punset (digo lee, porque verle y escucharle es más cansino) que dice ser optimista respecto al futuro de la humanidad.

    Y si la persona que viene a ayudar en casa, se concentra en ponernos las cosas difíciles, es mejor decirle claramente: "Maria, María...no me toques las cosas que no se tocan y menos para cambiarlas de sitio, ¡que me pongo muy desagradable cuando me las tocan!; que yo también puedo tocarte el sueldo y repartírtelo por distintos sitios de la casa y si lo encuentras bien y si no.....no lo cobras" por ejemplo. Es más fácil así, que se preocupe de colocar las cosas donde estaban, después de quitarles el polvo.

    Dos direcciones para sonreír un poco y cambiar de tendencias:

    http://www.blogoff.es/2009/07/14/dime-como-buscas-y-te-dire-que-quieres/

    http://www.guioteca.com/psicologia-y-tendencias/chistes-de-psicologia/

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Declaración de intenciones

Las lágrimas se guardan para los entierros, y la vida hay que buscarla allí donde lo dejan a uno. En una casa buena de Cádiz o en el infierno. Donde sea, donde se pueda El asedio, de Arturo Pérez Reverte Esta es la sabiduría de Felipe Mojarra, salinero, de la Isla, de barro hasta las rodillas y que pelea contra el francés, en el año de 1811, en la Bahía de Cádiz, sin saber por qué. Y esa es la que buscaré compartir con vosotros cada mañana desde este rinconcito de la red. ¡Qué gusto volver a escribir!
Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, se va volviendo mi hogar, llenándoseme de nombres. No es ya un extraño país lejano en el horizonte, es cita donde me aguardan pupilas que me conocen, labios que me dieron besos, pieles que llevan mis roces. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, de gestos ya conocidos de amor, de abrazos que acogen, en los que revivir puedo amadas palpitaciones, y tantos y tantos sueños que aguardan consumaciones. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones: me gusta saber que Dios prepara para los hombres Paraísos que permiten recuperar los adioses. Allí se me van llegando uno a uno mis amores, con besos hoy silenciosos que tendrán resurrecciones. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, se va volviendo mi hogar, llenándoseme de nombres.