Muy señor traumatólogo:
Tengo dos hernias discales centrales, en L4-L5 y en L5-S1, sin compromiso radicular, y cambios degenerativos.
Me he aprendido este diagnóstico de memoria para repetirselo al traumatólogo rehabilitador, al que veré mañana en el Hospital, y que vea que sé lo que me pasa y que sé que se trata con paciencia. Le diré también que se me ha acabado, a ver qué me recomienda él.
No sé a qué se ha debido todo ese desajuste de mi organismo. Eso lo sabrá usted. Yo solo dormía cinco horas cada día, trabajaba como un cabrón, en casa y fuera, corría seis kilómetros por las tardes y cargaba las bolsas los quinientos metros que hay del Eroski a casa, doce kilos en cada hombro y otros cinco en cada mano, procurando emular a Iñaki Perurena, sin hacer paradas aunque los dedos se me quedaran sin riego sanguíneo.
Si me opero o no me opero se decidirá el día de San Isidro, que es para cuando tengo la cita urgente con usted. Todo esto que le digo es para que ese día lo tenga bien pensado y vaya al grano.
Hasta entonces me voy a dedicar a mirar por la ventana y a repetir mantras hindúes de esos absurdos como los que canta mi suegra.
Desgraciadamente en sus manos.
Rodep Aditxu Meng
Tengo dos hernias discales centrales, en L4-L5 y en L5-S1, sin compromiso radicular, y cambios degenerativos.
Me he aprendido este diagnóstico de memoria para repetirselo al traumatólogo rehabilitador, al que veré mañana en el Hospital, y que vea que sé lo que me pasa y que sé que se trata con paciencia. Le diré también que se me ha acabado, a ver qué me recomienda él.
No sé a qué se ha debido todo ese desajuste de mi organismo. Eso lo sabrá usted. Yo solo dormía cinco horas cada día, trabajaba como un cabrón, en casa y fuera, corría seis kilómetros por las tardes y cargaba las bolsas los quinientos metros que hay del Eroski a casa, doce kilos en cada hombro y otros cinco en cada mano, procurando emular a Iñaki Perurena, sin hacer paradas aunque los dedos se me quedaran sin riego sanguíneo.
Si me opero o no me opero se decidirá el día de San Isidro, que es para cuando tengo la cita urgente con usted. Todo esto que le digo es para que ese día lo tenga bien pensado y vaya al grano.
Hasta entonces me voy a dedicar a mirar por la ventana y a repetir mantras hindúes de esos absurdos como los que canta mi suegra.
Desgraciadamente en sus manos.
Rodep Aditxu Meng
La paciencia, creo yo, que es la única medicina automedicable y que jamás se debe recetar a los demás.
ResponderEliminarAntes te debes morder la lengua, que decirle a un enfermo que debe tener paciencia. Porque cuando piensas decirlo es porque le ves desesperado y a un desesperado no le puedes pedir paciencia. Antes dile, ¡mira que es jodido lo que te pasa!. Que no le descubres nada, pero le demuestras empatía. Es sí se agradece.
Es como cuando estás deprimido y te dicen que tienes que animarte. ¡Claro, mira el tío listo éste que fácil lo ve!. Un par de meses deprimido y entonces entenderá por qué no había que decirlo. Si un deprimido fuera capaz de animarse, ya no estaría deprimido. Mejor dile, cuando vayas a salir de ésta, que siempre se sale, lo vas a notar y no necesitarás animarte, porque te encontrarás animado y mientras tanto cuenta conmigo para lo que necesites.
Es que la visión es tan distinta de verte a un lado o al otro de la muga de la enfermedad....
Pues nada, amigo Rodep, sólo desearle que el traumatólogo rehabilitador haya tenido él una hernia y si no es así, sea profesional, humano y simpático que es lo mínimo que se le puede pedir en un caso así.