La vida no es más que "ese penoso desfile de adjetivos" (...) en el que "muerto suele venir después de viejo", dice Andy, Whittaker, al que ya conocéis.
Luego al sustantivo vida se le pueden colocar muchos más adjetivos.
"Bella", dicen algunos. O "maravillosa". Qué risa.
Yo me quedo más con "sorprendente", o "paradójica".
Dime si no. Cuando murió mi padre tuve que hacer un montón de llamadas, ya os haréis cargo: A Mapfre, con quien tenía el seguro del coche, para decirles que no iba a volver a tener un incidente, ni nadie con él. A Bodegas Maset, para decirles que había dejado el vino, que no mandaran más botellas. Al Athletic Club, para decirle que podían llamar a uno de la cola de aspirantes a socio, porque no iba a volver a San Mamés. Y a la Seguridad Social, y al Banco, y a todos esos organismos creados para hacernos la vida más fácil, o no, según se mire (mira, ahí tienes otro adjetivo para la vida: complicada).
Pero dejé para el final la llamada al organismo que se encargaba en Alava de gestionar las ayudas para dependientes:
- Hola buenas tardes,
- Muy buenas tardes, señorita, le llamo de parte de don tal y tal, que tienen ustedes fijada una cita para revisar su dependencia para el 16 de agosto, justo después de la Virgen.
- Si, aquí lo veo en el ordenador, uy qué clarita está la pantalla...
- Pues que ya no hace falta que vengan.
- Ah no? ¿Y eso?
- Pues nada, que mi padre se ha hecho totalmente independiente.
- Qué bien, uno menos, con la lista de espera que tenemos...
Y ahora sueño con llamar al traumatólogo con quien tengo cita urgente desde hace un mes para el día de San Isidro, labrador, para decirle algo parecido.
Luego al sustantivo vida se le pueden colocar muchos más adjetivos.
"Bella", dicen algunos. O "maravillosa". Qué risa.
Yo me quedo más con "sorprendente", o "paradójica".
Dime si no. Cuando murió mi padre tuve que hacer un montón de llamadas, ya os haréis cargo: A Mapfre, con quien tenía el seguro del coche, para decirles que no iba a volver a tener un incidente, ni nadie con él. A Bodegas Maset, para decirles que había dejado el vino, que no mandaran más botellas. Al Athletic Club, para decirle que podían llamar a uno de la cola de aspirantes a socio, porque no iba a volver a San Mamés. Y a la Seguridad Social, y al Banco, y a todos esos organismos creados para hacernos la vida más fácil, o no, según se mire (mira, ahí tienes otro adjetivo para la vida: complicada).
Pero dejé para el final la llamada al organismo que se encargaba en Alava de gestionar las ayudas para dependientes:
- Hola buenas tardes,
- Muy buenas tardes, señorita, le llamo de parte de don tal y tal, que tienen ustedes fijada una cita para revisar su dependencia para el 16 de agosto, justo después de la Virgen.
- Si, aquí lo veo en el ordenador, uy qué clarita está la pantalla...
- Pues que ya no hace falta que vengan.
- Ah no? ¿Y eso?
- Pues nada, que mi padre se ha hecho totalmente independiente.
- Qué bien, uno menos, con la lista de espera que tenemos...
Y ahora sueño con llamar al traumatólogo con quien tengo cita urgente desde hace un mes para el día de San Isidro, labrador, para decirle algo parecido.
¿Cómo hay que entenderlo?.
ResponderEliminarEs que confías en el poder rehabilitador de los jueves que quedan hasta entonces por los logros que estás consiguiendo hasta ahora.
O es que simplemente quisieras que se pudiera arreglar sin pasar por una operación y te mueves en el país de las ilusiones.
Y no hay una tercera posibilidad para que te borren de la lista que no sea aplicar otra terapia alternativa.