Ir al contenido principal

Prejuicios y percepciones

A mi es que los videos de Rajoy me dan risa. Y sé que los hace con otra intención, pero no puedo. Todo desde que ví aquel en el que iba en coche sin cinturón diciendo que se iba a pasar unos días a Galicia a descansar, y que, hala, que pasáramos buenas vacaciones, que a pesar el Gobierno, esto iba bien, y que cuando ellos llegaran a gobernar, iba a ir todavía mejor.

Ahora dice El País que ha publicado otro. Siempre está saliendo de viaje, oye, ahora a Canarias. Y dicen que dice, en el video, que espera que no le pregunten por Troitiño, porque él estos días solo habla del silbo gomero.

Bromas aparte, me parece una estrategia muy bien estudiada. De hecho, la voy a aplicar inmediatamente. En cuanto Ana aparezca por esa puerta pidiendome quedarse en la verbena de San Jorge en Santurtzi le voy a soltar lo mismo, que yo solo hablo del silbo gomero.

Lo gordo es que hay millones de personas en este país que aplaudirán el video y se deleitarán en su contemplación.

Todo es una cuestión de simple percepción, diría Andy Whittaker. Y de prejuicios, añado. Cuando tú oyes un ruido de roedores detrás de la pared, ¿qué es? ¿Un ratón que está muy cerca o una rata algo más lejos?

He ahí una pregunta que, le parece a él, y a mí, puede aplicarse a casi todo.

Cuándo tú ves a Rajoy en un videoclip hablando del silbo gomero, ¿qué es? ¿un ratón de cerca o una rata de lejos?

Comentarios

  1. Sea ratón o rata, siempre con más suerte que Firmin, una rata inteligente y cultivada como las haya; pero que al igual que muchas personas no hemos podido disfrutar de las vacaciones.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Declaración de intenciones

Las lágrimas se guardan para los entierros, y la vida hay que buscarla allí donde lo dejan a uno. En una casa buena de Cádiz o en el infierno. Donde sea, donde se pueda El asedio, de Arturo Pérez Reverte Esta es la sabiduría de Felipe Mojarra, salinero, de la Isla, de barro hasta las rodillas y que pelea contra el francés, en el año de 1811, en la Bahía de Cádiz, sin saber por qué. Y esa es la que buscaré compartir con vosotros cada mañana desde este rinconcito de la red. ¡Qué gusto volver a escribir!
Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, se va volviendo mi hogar, llenándoseme de nombres. No es ya un extraño país lejano en el horizonte, es cita donde me aguardan pupilas que me conocen, labios que me dieron besos, pieles que llevan mis roces. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, de gestos ya conocidos de amor, de abrazos que acogen, en los que revivir puedo amadas palpitaciones, y tantos y tantos sueños que aguardan consumaciones. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones: me gusta saber que Dios prepara para los hombres Paraísos que permiten recuperar los adioses. Allí se me van llegando uno a uno mis amores, con besos hoy silenciosos que tendrán resurrecciones. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, se va volviendo mi hogar, llenándoseme de nombres.