Criticar, criticar, la gente solo sabe criticar. Para una vez que a la presidenta Aguirre se le ocurre una buena idea, hala!, venga a darle por todos los lados. Su idea consiste en juntar en el mismo centro a todos los alumnos brillantes, para que su rendimiento no se vea lastrado por el montón de ineptos que llenan las clases de los colegios de la Comunidad de Madrid.
Pues a mi la idea me parece buena, aunque habría que complementarla con algunos retoques. Veamos. Lo primero, los nombres: llamaría Colegio Megastar al del párrafo anterior. Y cogería, después, al resto de los alumnos, para dividirlos en Colegios. Empezaría por todos los alumnos buenos-no-brillantes, los de notable y así, y también los juntaría. Para esto harían falta tres o cuatro centros, porque no cabrían en uno. Los podríamos llamar Colegios para empollones.
Luego cogería al montonazo de alumnos de suficiente, que aprueban raspado y que si se despistan suspenden y los juntaría. Para hacerlo sería necesaria no menos de una docena de colegios, a los que podríamos llamar Colegios para gente corriente y moliente.
Luego cogería a los que, por más que lo intentan, y mira que estudian, no dan una a derechas, y suspenden todas, o casi todas, y los juntaría en los dieciocho o veinte colegios que harían falta, a los que llamaría Colegios para mastuerzos.
Y finalmente, cogería a todos los brutos, los que no quieren estudiar y no dejan estudiar a los demás y los metería en los treinta y cinco o cuarenta Colegios para brutos, ellos o sus padres.
Luego empezaría por los profesores. A los profesores brillantes, apasionados con su profesión, que se levantan cada mañana contentos porque van a entrar en un aula, que les gustan los niños y que asumen como propia de su tarea la relación con sus padres, que no están todo el día renegando de lo poco que cobran y de lo nada que les reconoce nadie su trabajo, y los pondría a trabajar en los Colegios para brutos, ellos o sus padres.
A los profesores currantes, los que no están todo el día protestando contra la LOGSE, la LOE, el Gobierno y sus reformas, los que van silbando al aula los lunes y terminan muertos los viernes, los mandaría a los Colegios para mastuerzos, porque estoy seguro de que donde los demás vemos alumnos incapaces ellos ven la oportunidad de realizar una faena de aliño, porque no hay niños merluzos, si acaso adultos muy merluzos.
A los profesores que no se conforman con dar su clase, sino que además quieren recibir formación, y la piden, a los que se empeñan cada día en conocer una manera mejor de enseñar, a los que no dan la clase sentados, a los que cuando un niño llora, o llega a clase marcado le preguntan qué ha pasado, a aquellos que no dicen que su asignatura no tiene categoría si no suspende a la mitad de la clase, o al noventa por ciento, los mandaría a a los Colegios para gente corriente y moliente, y los alumnos saldrían todos con media de notable.
A los profesores que están en esto como podrían estar en otra cosa, y a los que se van cuando dan las cinco aunque haya trabajo porque es su hora los metería en los Colegios para empollones. A lo mejor los chavales bajaban de notable a bien, pero aprobarían igual.
Y a los profesores funcionarios, a los que les da igual que los alumnos aprendan o no porque yo doy mi clase y a mi que no me pidan ir de viaje de estudios que menuda responsabilidad y el convenio no me obliga los metería en el Colegio Megastar, porque a los alumnos brillantes les da igual un profesor que otro. Siempre van a sacar sobresaliente.
O al revés, no sé.
Pues a mi la idea me parece buena, aunque habría que complementarla con algunos retoques. Veamos. Lo primero, los nombres: llamaría Colegio Megastar al del párrafo anterior. Y cogería, después, al resto de los alumnos, para dividirlos en Colegios. Empezaría por todos los alumnos buenos-no-brillantes, los de notable y así, y también los juntaría. Para esto harían falta tres o cuatro centros, porque no cabrían en uno. Los podríamos llamar Colegios para empollones.
Luego cogería al montonazo de alumnos de suficiente, que aprueban raspado y que si se despistan suspenden y los juntaría. Para hacerlo sería necesaria no menos de una docena de colegios, a los que podríamos llamar Colegios para gente corriente y moliente.
Luego cogería a los que, por más que lo intentan, y mira que estudian, no dan una a derechas, y suspenden todas, o casi todas, y los juntaría en los dieciocho o veinte colegios que harían falta, a los que llamaría Colegios para mastuerzos.
Y finalmente, cogería a todos los brutos, los que no quieren estudiar y no dejan estudiar a los demás y los metería en los treinta y cinco o cuarenta Colegios para brutos, ellos o sus padres.
Luego empezaría por los profesores. A los profesores brillantes, apasionados con su profesión, que se levantan cada mañana contentos porque van a entrar en un aula, que les gustan los niños y que asumen como propia de su tarea la relación con sus padres, que no están todo el día renegando de lo poco que cobran y de lo nada que les reconoce nadie su trabajo, y los pondría a trabajar en los Colegios para brutos, ellos o sus padres.
A los profesores currantes, los que no están todo el día protestando contra la LOGSE, la LOE, el Gobierno y sus reformas, los que van silbando al aula los lunes y terminan muertos los viernes, los mandaría a los Colegios para mastuerzos, porque estoy seguro de que donde los demás vemos alumnos incapaces ellos ven la oportunidad de realizar una faena de aliño, porque no hay niños merluzos, si acaso adultos muy merluzos.
A los profesores que no se conforman con dar su clase, sino que además quieren recibir formación, y la piden, a los que se empeñan cada día en conocer una manera mejor de enseñar, a los que no dan la clase sentados, a los que cuando un niño llora, o llega a clase marcado le preguntan qué ha pasado, a aquellos que no dicen que su asignatura no tiene categoría si no suspende a la mitad de la clase, o al noventa por ciento, los mandaría a a los Colegios para gente corriente y moliente, y los alumnos saldrían todos con media de notable.
A los profesores que están en esto como podrían estar en otra cosa, y a los que se van cuando dan las cinco aunque haya trabajo porque es su hora los metería en los Colegios para empollones. A lo mejor los chavales bajaban de notable a bien, pero aprobarían igual.
Y a los profesores funcionarios, a los que les da igual que los alumnos aprendan o no porque yo doy mi clase y a mi que no me pidan ir de viaje de estudios que menuda responsabilidad y el convenio no me obliga los metería en el Colegio Megastar, porque a los alumnos brillantes les da igual un profesor que otro. Siempre van a sacar sobresaliente.
O al revés, no sé.
¡Genial, Pedro!
ResponderEliminarMira que te estrujas la mollera para mejorar la enseñanza, pero lo malo es que no te tienen en cuenta.
Con tu propuesta, los ordenadores en clase, las pizarras interactivas, la mentalización teniendo en cuenta la crisis (que algún chiquillo la hará y se apretará los machos), los libros digitales, las competencias a ultranza, las tizas antialérgicas, las tic, las wikis, los blogs, la wiris , el Moodle y algo que me dejo, seguro,...... la siguiente generación...¡LO BORDA!
¡Qué bueno!!!
ResponderEliminarOye, ¿De cuál de los colegios habrá salido Esperanza Aguirre?