Dice Firmin que si hay algo para lo que resulte útil una formación literaria, es para dotarlo a uno de un sentido de la catástrofe, que no hay nada como una imaginación vívida para desvitalizarle a uno el valor.
Eso es lo que me pasa. Que he leído tanto que el valor para enfrentarme a las cosas lo perdí con la inocencia, y ahora solo me queda esperar al siguiente ataque de la desgracia.
No puedo cortarme las uñas de los pies.
No puedo recoger las cosas que se me caen al suelo. Y se me cae todo, oye.
No puede hacerme dos huevos con chorizo, ni uno, ni nada en la cocina.
No puedo salir a ver el sol que visita mi ventana.
Y mañana será peor, ya verás.
Y todo por leer tanto, que si lo sé...
Eso es lo que me pasa. Que he leído tanto que el valor para enfrentarme a las cosas lo perdí con la inocencia, y ahora solo me queda esperar al siguiente ataque de la desgracia.
No puedo cortarme las uñas de los pies.
No puedo recoger las cosas que se me caen al suelo. Y se me cae todo, oye.
No puede hacerme dos huevos con chorizo, ni uno, ni nada en la cocina.
No puedo salir a ver el sol que visita mi ventana.
Y mañana será peor, ya verás.
Y todo por leer tanto, que si lo sé...
¡Vaya mierda! No sabrás nunca cuántas reflexiones he hecho con Firmin y tu caso paralelo.
ResponderEliminar¿Por qué?
Porque después de escribir unas buena cantidad de líneas, el muy insultancial del blog, me ha dicho que no ha podido subir mi comentario. Y la verdad no estoy dispuesta a volver a escribirlo.
No estaban mal las reflexiones, pero me ha entrado el sueño pensándolas y me voy a la cama.
Mañana no va a ser peor,lo sé yo.