Ir al contenido principal

Visita

Señor Mazuelo:

agradezco su intención de ir limando asperezas, pero no me apetece un pito que me visite. Y me parece de un morro indecente que me diga que quiere que le tenga preparada una botellita de vino de aguja, máxime teniendo en cuenta el estado en que me encuentro. Aunque traiga usted el jamón, que toda la escalera sabe, porque tufa cuando lo fríen, que es serrano de campofrío, una mierda para comer si no es con pan con tomate, que por supuesto no me voy a tomar la molestia de preparar.

Con todo, lo recibiré. Yo me prepararé un vermú blanco doble on the rocks para que se me pase más rápido el mal rato.

Aprovecho para decirle que se traiga preparada la respuesta a las siguientes preguntas: por qué su esposa cuelga siempre la ropa empapada mojando la mía, por qué canta la bien pagá por el patio a todas horas y por qué no han pagado ustedes jamás una derrama.

No digo más, no quiero ser desagradable en una carta.

Adiós.

Rodep Aditxu Meng

Comentarios

Entradas populares de este blog

Declaración de intenciones

Las lágrimas se guardan para los entierros, y la vida hay que buscarla allí donde lo dejan a uno. En una casa buena de Cádiz o en el infierno. Donde sea, donde se pueda El asedio, de Arturo Pérez Reverte Esta es la sabiduría de Felipe Mojarra, salinero, de la Isla, de barro hasta las rodillas y que pelea contra el francés, en el año de 1811, en la Bahía de Cádiz, sin saber por qué. Y esa es la que buscaré compartir con vosotros cada mañana desde este rinconcito de la red. ¡Qué gusto volver a escribir!
Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, se va volviendo mi hogar, llenándoseme de nombres. No es ya un extraño país lejano en el horizonte, es cita donde me aguardan pupilas que me conocen, labios que me dieron besos, pieles que llevan mis roces. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, de gestos ya conocidos de amor, de abrazos que acogen, en los que revivir puedo amadas palpitaciones, y tantos y tantos sueños que aguardan consumaciones. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones: me gusta saber que Dios prepara para los hombres Paraísos que permiten recuperar los adioses. Allí se me van llegando uno a uno mis amores, con besos hoy silenciosos que tendrán resurrecciones. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, se va volviendo mi hogar, llenándoseme de nombres.