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Con el culo al aire

A la mañana siguiente, mientras me tomaba un café con leche con pajita, entró a la habitación una caterva de médicos y residentes, decenas de personas de blanco montando la misma bulla que si protestaran contra los recortes de la Generalitat en Sanidad, y se dirigieron directamente al vecino del aneurisma, propinándole un susto que le provocó otro aneurisma, del que lo rescató una residente a la que se lo pusieron como examen, diciendole o lo sacas o vas ejercer la medicina en Guinea - Bissau.

Luego se dirigieron a mí, y uno, que parecía veterano, me agarró por el cuello y las piernas, me levantó sin que yo pudiera pedir ayuda a mi enfermera, me puso de pie, y me dijo anda!, como si fuera Jesucristo. Y anduve, como el paralítico. La biblia no dice nada, pero yo me imagino que el pobre no andaría más de tres pasos antes de trastabillarse. Yo no, yo anduve bastantes más, ocho o nueve, de la cama a la ventana y de la ventana a la cama, entre las chanzas de los unos y las otras, que, como para que pensara en otra cosa, me preguntaron por mi profesión, y yo dije, directivo, aún a sabiendas de que tal desempeño no casaba nada con un tipo dando vueltas de aquí para allá con el culo al aire, de lo cual debieron apercibirse, porque estalló una carcajada bastante ruidosa, ¿del BBVA? preguntó uno, ¿me puedes dar un crédito al 0,5 más euribor?, preguntó otro, yo quiero la batidora que regaláis por domiciliar la nómina, pero sin domiciliar la nómina, ¿puedes? Y tal como vinieron, se fueron, con sus gracietas por el pasillo, los veintiocho, dejándonos al vecino con sus preguntas al aire y a mí con mi culo, al aire también. A por otro pringao!!!, gritaba uno, pero su voz se fue diluyendo entre el ruido que hacía la auxiliar recogiendo el desayuno, que no acabé.

Comentarios

  1. Pura diversión y cotidianidad para ellos, la peor parte para el conejo de indias que está en la cama.

    Entiendo que tomen distancia del enfermo porque sino, sería un día tras otro de tragedia si empatizan mucho con el paciente.

    Pero si los profesores nos acercáramos así al desconocimiento de cada alumno....estarían todos con la autoestima por los suelos.

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Declaración de intenciones

Las lágrimas se guardan para los entierros, y la vida hay que buscarla allí donde lo dejan a uno. En una casa buena de Cádiz o en el infierno. Donde sea, donde se pueda El asedio, de Arturo Pérez Reverte Esta es la sabiduría de Felipe Mojarra, salinero, de la Isla, de barro hasta las rodillas y que pelea contra el francés, en el año de 1811, en la Bahía de Cádiz, sin saber por qué. Y esa es la que buscaré compartir con vosotros cada mañana desde este rinconcito de la red. ¡Qué gusto volver a escribir!
Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, se va volviendo mi hogar, llenándoseme de nombres. No es ya un extraño país lejano en el horizonte, es cita donde me aguardan pupilas que me conocen, labios que me dieron besos, pieles que llevan mis roces. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, de gestos ya conocidos de amor, de abrazos que acogen, en los que revivir puedo amadas palpitaciones, y tantos y tantos sueños que aguardan consumaciones. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones: me gusta saber que Dios prepara para los hombres Paraísos que permiten recuperar los adioses. Allí se me van llegando uno a uno mis amores, con besos hoy silenciosos que tendrán resurrecciones. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, se va volviendo mi hogar, llenándoseme de nombres.