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400 de cada 600

Mientras estas cosas ocurrían en el Hospital, el niño de nueve años lloró como un niño de nueve años el día que operan a su padre. Influyó bastante que su hermano mayor le dijera que en esas operaciones morían 400 de cada 1000 operados, que lo había leído en internet.

El entrenador lo consoló al verlo sollozar ensayando faltas con barrera. Mientras le acariciaba la cabeza, le dijo que lo más seguro es que su padre no muriera, porque 600 son más que 400. Bastantes más.

Al parecer esto fue del todo insuficiente, porque luego buscó a su maestra para ver si esta tenía regazo en el que cupieran él y sus lágrimas.

Comentarios

  1. Es lo que tiene internet, que informa, no siempre con exactitud y en un caso así te puede hacer odiar las matemáticas durante unas horas.

    ¡Pobrecillo inconsolable sólo con un 600 frente a un 400!.

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Declaración de intenciones

Las lágrimas se guardan para los entierros, y la vida hay que buscarla allí donde lo dejan a uno. En una casa buena de Cádiz o en el infierno. Donde sea, donde se pueda El asedio, de Arturo Pérez Reverte Esta es la sabiduría de Felipe Mojarra, salinero, de la Isla, de barro hasta las rodillas y que pelea contra el francés, en el año de 1811, en la Bahía de Cádiz, sin saber por qué. Y esa es la que buscaré compartir con vosotros cada mañana desde este rinconcito de la red. ¡Qué gusto volver a escribir!
Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, se va volviendo mi hogar, llenándoseme de nombres. No es ya un extraño país lejano en el horizonte, es cita donde me aguardan pupilas que me conocen, labios que me dieron besos, pieles que llevan mis roces. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, de gestos ya conocidos de amor, de abrazos que acogen, en los que revivir puedo amadas palpitaciones, y tantos y tantos sueños que aguardan consumaciones. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones: me gusta saber que Dios prepara para los hombres Paraísos que permiten recuperar los adioses. Allí se me van llegando uno a uno mis amores, con besos hoy silenciosos que tendrán resurrecciones. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, se va volviendo mi hogar, llenándoseme de nombres.