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Todo fenomenal

Cuando salía de la habitación hecho un asco con dirección a mi casa, me encontré por el pasillo con el cirujano que me había intervenido, que iba chateando con su esmarfon. Me preguntó si me encontraba mejor y yo le contesté que sí, sin entrar en honduras. Me dijo que había sido una operación complicada y yo no pregunté cuánto de complicada no fuera a ser que me explicara las complicaciones, cuando al ir a cortar con el bisturí electrónico se quedaron sin corriente y cortaron con la rotaflex, o cuando al ir a cerrar a la enfermera se la cayó una lentilla en el bazo y esas otras complicaciones que suelen ocurrir "ahí dentro".

- "Pero todo fenomenal", concluyó.

Esa frase es la que me sostiene hoy, dos meses después de que todo esto aconteciera, cuando adelanto por la calle a una anciana que va con andador, y lo hago estando con ella en paralelo medio minuto.

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