De mis pensamientos de éstos últimos días acerca del progreso de la humanidad me sacó el estruendo de una persiana rota en el piso de arriba. Y fuí devuelto a mi mismidad más estúpida, al intentar encontrar alguna explicación a por qué un ser de quince años, ya en el hall del mundo adulto, intenta subir a lo burro una persiana atascada, haciendo saltar la tapa de madera de la caja en la que se aloja y abriendose de paso un tajo de varios centímetros en el antebrazo.
Inquirí con la mirada y con los brazos, así extendidos y con las palmas hacia arriba, porque para qué hablar, y el manido pero qué has hecho estaba de sobra porque lo que habia hecho era más que evidente.
Y contestó:
- ¿Qué?. Estaba a oscuras
Y la luz se hizo.
Eso sí.
Inquirí con la mirada y con los brazos, así extendidos y con las palmas hacia arriba, porque para qué hablar, y el manido pero qué has hecho estaba de sobra porque lo que habia hecho era más que evidente.
Y contestó:
- ¿Qué?. Estaba a oscuras
Y la luz se hizo.
Eso sí.
A veces los humanos nos parece que por la fuerza vamos a conseguir lo que queremos en ese instante y dejamos la reflexión y la maña a un lado.
ResponderEliminarEs un error de valoración sobre cuál es el mejor camino.
Supongo que serán residuos mentales de cuando todo se conseguía de esa manera, viene de ese poco de Cromañón o de Neanderthal que parece que aún seguimos llevando en los genes.
Será como un homenaje al empeño y fuerza bruta que pusieron nuestros antepasados para empeñarse en dar pasos hacia adelante y avanzar.
Además siempre se ha dicho que repetidas veces del proceso ensayo-error, ensayo-error, etc lleva a un perfecto ensayo-éxito. Sólo son mínimos 15 años de ensayos.