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Mis condiciones

Lo bueno se vivir en sociedad es que nos proporciona la seguridad que necesitamos.

Me llamó una señorita muy amable para venderme un seguro adaptado a mis condiciones:

- cubrimos solo los riesgos en los que incurren de verdad los asegurados, y usted no paga ni un céntimo de más por cosas que no le pueden ocurrir, como las lesiones cerebrales, imposibles en los ya lesionados. Como verá, hemos estudiado cuidadosamente su perfil, el de facebook, señor De la Puente, y vemos que sus problemas están en las caídas por las escaleras de casa, las lentejas pegadas, la pérdida de llaves, móviles y tarjetas de crédito, la piel reseca, el cáncer linfático, los apagones por poner a la vez la secadora, la lavadora y el lavavajillas, el desteñido de la ropa y los desconchones en las paredes cuando mueve los sofás de aquí para allá. Por una cuota ridícula de dos euros con treinta al mes usted y su familia están seguros de no sucumbir a las consecuencias económicas de sus estupideces.


Ahora vivo mucho más tranquilo.

Comentarios

  1. Después de una conversación así recuperarse psicológicamente le va a costar al pobre hombre un poco más de dos euros.

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Declaración de intenciones

Las lágrimas se guardan para los entierros, y la vida hay que buscarla allí donde lo dejan a uno. En una casa buena de Cádiz o en el infierno. Donde sea, donde se pueda El asedio, de Arturo Pérez Reverte Esta es la sabiduría de Felipe Mojarra, salinero, de la Isla, de barro hasta las rodillas y que pelea contra el francés, en el año de 1811, en la Bahía de Cádiz, sin saber por qué. Y esa es la que buscaré compartir con vosotros cada mañana desde este rinconcito de la red. ¡Qué gusto volver a escribir!
Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, se va volviendo mi hogar, llenándoseme de nombres. No es ya un extraño país lejano en el horizonte, es cita donde me aguardan pupilas que me conocen, labios que me dieron besos, pieles que llevan mis roces. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, de gestos ya conocidos de amor, de abrazos que acogen, en los que revivir puedo amadas palpitaciones, y tantos y tantos sueños que aguardan consumaciones. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones: me gusta saber que Dios prepara para los hombres Paraísos que permiten recuperar los adioses. Allí se me van llegando uno a uno mis amores, con besos hoy silenciosos que tendrán resurrecciones. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, se va volviendo mi hogar, llenándoseme de nombres.