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Por merluzo

Van dos estafadores y le timan a un señor 200.000 euros. Y va el el juez después y le dice al afectado que ya podía ir dando las gracias de que no le condenara a él, por merluzo, porque con lo que aquellos individuos le engañaron a él no le engañaban ni a su nieto de cinco años.

Resulta que le dijeron que le iban a pagar con unos papelajos negros con forma de billete, que era dinero que habían sacado de extranjis de su país, de manera que si se lavaban aparecían debajo billetes de cien dólares. ¿Ves?, le dijeron, mientras limpiaban uno y salía a relucir, tachan, un billete grande.

Bueno, pero el caso es que la razón por la que el juez no condenó a los presuntos estafadores no era la estulticia del timado, sino el hecho nada irrelevante de que los los detenidos no eran ni presuntos ni estafadores, sino unos primos suyos del mismo pueblo.

Hay que joderse, decía el estafado. Se podía haber ahorrado el juez la sangre.

Comentarios

  1. ¿Cómo es eso, entre familiares se puede hacer la kuski impunemente?

    Y el juez basarse en ¡Ahh, no haber sido primo!

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  2. No, hombre, no, primos de los estafadores.

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  3. ¡Ahh, ya me has dejado más tranquila.

    Aunque por otra parte he tenido que abortar un montaje súpersucio que ya estaba organizando con mis primos.¡Mecachis!

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Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, se va volviendo mi hogar, llenándoseme de nombres. No es ya un extraño país lejano en el horizonte, es cita donde me aguardan pupilas que me conocen, labios que me dieron besos, pieles que llevan mis roces. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, de gestos ya conocidos de amor, de abrazos que acogen, en los que revivir puedo amadas palpitaciones, y tantos y tantos sueños que aguardan consumaciones. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones: me gusta saber que Dios prepara para los hombres Paraísos que permiten recuperar los adioses. Allí se me van llegando uno a uno mis amores, con besos hoy silenciosos que tendrán resurrecciones. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, se va volviendo mi hogar, llenándoseme de nombres.