Siguiendo con lo de ayer, hoy se me ocurren dos preguntas, ambas de teología. ¿No es cierto que, hoy en día, un café humeante revela más a Dios que una zarza ardiendo? Y si lo es, ¿por qué personas como Munilla siguen teniendo algo que decir en la Iglesia?
Egun on, MIkel. Tienes razón en lo de las chanclas, y lo apunto para tratarlo en una próxima digresión, pero, hablando de ropa, yo creo que cada edad tiene su manera propia de vestir. Y que cualquier otra le es impropia. Lo digo sin rigideces y sin formalismos. La amplísima variedad que se ofrece en las tiendas ya da como para no tener que vestir con cincuenta como si se tuvieran veinte. Hay un momento de la vida en el cual determinadas partes del cuerpo deben permanecer ocultas a la vista de los demás. De esto no tengo ninguna duda. Por ejemplo, las piernas, en todo lo que ellas comprenden, desde el tobillo hasta la ingle. También la barriga, en un radio de un metro y medio desde el ombligo. O los brazos, desde la muñeca hasta el hombro. A partir de los cuarenta y pico eso ya no se enseña a nadie. Ni a uno mismo, si no es para lavar. La profusión capilar, cuando se da, convierte esas partes de algunos cuerpos en espectáculos especialmente repulsivos y deleznables. Así, y en mi o
Con un café humeante y unos amigos compartiendo experiencias con cariño, seguro.
ResponderEliminarNo sé si lo dices especialmente por la última homilía después de la noticia de eta, es que no suena a mensaje que salga del corazón, con naturalidad y desde la fraternidad del evangelio. Suena a tan pensado desde la tradición, a tan poca frescura desde lo que es conveniente decir, que hasta la idea importante del perdón suena a exigencia forzada y con un olor a rancio....
No sé, con la responsabilidad que un alto representante de la iglesia debería sentir, para ponerse en la piel del Jesús de Nazaret y pensar qué diría Él en el siglo XXI, sabiéndose cómo se enfrentaba a lo que vivió y con 2000 años más de humanización.....
¡¡¡Ya sé que era Dios!!!!, pero
¡Jobar, qué nos dejo a su Espíritu para soplarnos!.....
Y yo aquí, como una lerda, intentando contestar tus preguntas retóricas.
Pero es que "me duele la iglesia".