Vengo de Madrid, y doy fe de que lo que dicen de la contaminación es mentira. La capa de mierda está muy arriba. De hecho, cuando el avión la atraviesa hace así una especie de trastabillón. Pero luego vas por la calle y no se nota. Apenas ví ambulancias. Y en la avenida Moratalaz dos cadáveres de perro con las mucosas llenas de CO2 y una anciana con mascarilla. Nada.
Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, se va volviendo mi hogar, llenándoseme de nombres. No es ya un extraño país lejano en el horizonte, es cita donde me aguardan pupilas que me conocen, labios que me dieron besos, pieles que llevan mis roces. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, de gestos ya conocidos de amor, de abrazos que acogen, en los que revivir puedo amadas palpitaciones, y tantos y tantos sueños que aguardan consumaciones. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones: me gusta saber que Dios prepara para los hombres Paraísos que permiten recuperar los adioses. Allí se me van llegando uno a uno mis amores, con besos hoy silenciosos que tendrán resurrecciones. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, se va volviendo mi hogar, llenándoseme de nombres.
contaminación... contaminación... ¿qué es eso? ¿un nuevo tipo de marisco?
ResponderEliminarNo hay de qué preocuparse. Se cambian de ubicación las estaciones de toma de datos a lugares alejados del centro, bien aislados, en el monte, entre pinos y... ZAS! ya no hay contaminación. La gente puede ir tranquila por la calle y si le lloran los ojos es que es muy empático.