Ir al contenido principal

Los miedos, ay

Unos vecinos de un barrio de una ciudad de un pais han decidido impugnar ante la justicia la decisión de una Funeraria de instalar un tanatorio cerca de sus casas.

La empresa no ha puesto en marcha sus activicades, porque no tiene ni la licencia para ello, pero los vecinos ya han iniciado una doble linea de defensa: o los denuncian por atentado contra la salud o por atentado contra el medio ambiente.

Es como si tu te propones no dejar vivir en tu escalera a un señor que vino a ver el 3º B porque su sola presencia te trae malos recuerdos, y como no ha hecho nada, te planteas denunciarlo siguiendo una doble linea argumental: porque le huele el aliento o, si lo anterior no prosperara, porque su cuñada está procesada por fraude a la Hacienda Foral.

Y todo por miedo a los muertos.

Que les pongan una discoteca sin insonorizar, y así les vale la misma linea argumental que ya han elaborado.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Declaración de intenciones

Las lágrimas se guardan para los entierros, y la vida hay que buscarla allí donde lo dejan a uno. En una casa buena de Cádiz o en el infierno. Donde sea, donde se pueda El asedio, de Arturo Pérez Reverte Esta es la sabiduría de Felipe Mojarra, salinero, de la Isla, de barro hasta las rodillas y que pelea contra el francés, en el año de 1811, en la Bahía de Cádiz, sin saber por qué. Y esa es la que buscaré compartir con vosotros cada mañana desde este rinconcito de la red. ¡Qué gusto volver a escribir!
Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, se va volviendo mi hogar, llenándoseme de nombres. No es ya un extraño país lejano en el horizonte, es cita donde me aguardan pupilas que me conocen, labios que me dieron besos, pieles que llevan mis roces. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, de gestos ya conocidos de amor, de abrazos que acogen, en los que revivir puedo amadas palpitaciones, y tantos y tantos sueños que aguardan consumaciones. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones: me gusta saber que Dios prepara para los hombres Paraísos que permiten recuperar los adioses. Allí se me van llegando uno a uno mis amores, con besos hoy silenciosos que tendrán resurrecciones. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, se va volviendo mi hogar, llenándoseme de nombres.