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Ratonera

Me trajo el examen de Lengua Española que habían hecho en clase para que se lo firmara. Era un examen difícil, porque entraba el uso de la erre fuerte, tan complicado. Una de las preguntas consistía en escribir la palabra representada en un dibujo. Estaba el dibujo de un gorro, y el de un gorrino. Y luego estaba el de ese cepo con un queso en medio para cazar ratones. Al lado, ese genio de las letras en ciernes que es mi hijo había escrito "tramparratón". Y se lo corrigió, diciendo que esa palabra no existe.

¿Te lo puedes creer?

Comentarios

  1. Me pasé años utilizando un "pasatiempando", que no sé muy bien por qué vía genética heredé.

    Un día un buen amigo, me sacó del error; no sin antes constatar en el diccionario que la tal palabra no existía: mi insistencia le hizo dudar.

    Pero alguien inventará las palabras! digo yo.

    Me encanta "tramparratón"; hay que j...

    "Recojoniobrón!!! que dice otro amigo mío; y se queda tan agusto.

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  2. Que los niños inventen palabras, creo que entra dentro de lo normal; bueno, yo no tengo niños aún, pero no es por mi culpa. ¿Sabes lo peor de todo?. Que los niños de hoy en día, no conocen un cepo. Bueno, ni casi nada que no se enchufe o recargue.

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  3. Pero si nuestros niños urbanitas:

    ¡no han visto en vivo y en directo un ratón, que no sea el del ordenador claro! (yo de pequeña le daba de comer a uno que salía de un agujero en la habitación de mi cuarto en el pueblo riojano en el que veraneaba)

    Bastante que sabe para qué sirve el trasto ese, cuando lo más cercano que conocen a esa palabra es el insulto "ceporro", que mira, vete a saber cómo se lo hubieran puntuado.

    Deberían haber tenido en cuenta la creatividad y la competencia que ha demostrado el chiquillo para la ocasión.

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Declaración de intenciones

Las lágrimas se guardan para los entierros, y la vida hay que buscarla allí donde lo dejan a uno. En una casa buena de Cádiz o en el infierno. Donde sea, donde se pueda El asedio, de Arturo Pérez Reverte Esta es la sabiduría de Felipe Mojarra, salinero, de la Isla, de barro hasta las rodillas y que pelea contra el francés, en el año de 1811, en la Bahía de Cádiz, sin saber por qué. Y esa es la que buscaré compartir con vosotros cada mañana desde este rinconcito de la red. ¡Qué gusto volver a escribir!
Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, se va volviendo mi hogar, llenándoseme de nombres. No es ya un extraño país lejano en el horizonte, es cita donde me aguardan pupilas que me conocen, labios que me dieron besos, pieles que llevan mis roces. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, de gestos ya conocidos de amor, de abrazos que acogen, en los que revivir puedo amadas palpitaciones, y tantos y tantos sueños que aguardan consumaciones. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones: me gusta saber que Dios prepara para los hombres Paraísos que permiten recuperar los adioses. Allí se me van llegando uno a uno mis amores, con besos hoy silenciosos que tendrán resurrecciones. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, se va volviendo mi hogar, llenándoseme de nombres.