Hay muchos lenguajes, y uno es el del secapelos.
Mi mujer y yo lo hablamos a la perfección.
Hay un secador de pelos que ella deja encima del armario de cuarto de baño. El armario de cuarto de baño es también el espejo del cuarto de baño, una cosa de esas modernas. Que cuando te quieres ver la cara, cumple su función estando cerrado, pero que si quieres la cuchilla de afeitar, por poner un ejemplo, tienes que abrir. Y entonces el secapelos se cae. Unas veces lo sujeto con las manos, otras me cae en la cabeza, otras se estrella contra el lavabo, otras contra el suelo... Yo me cago en sus muertos y lo dejo en la repisa de la ventana. Por las noches mi mujer se ducha, para ir fresquita a la cama, y después se seca los pelos, para no agarrar un catarro. Ve el secapelos en la ventana, se caga en mis muertos, y después de usarlo lo pone encima del armario.
Y al día siguiente pasa lo mismo.
Desde hace diez años.
Mi mujer y yo lo hablamos a la perfección.
Hay un secador de pelos que ella deja encima del armario de cuarto de baño. El armario de cuarto de baño es también el espejo del cuarto de baño, una cosa de esas modernas. Que cuando te quieres ver la cara, cumple su función estando cerrado, pero que si quieres la cuchilla de afeitar, por poner un ejemplo, tienes que abrir. Y entonces el secapelos se cae. Unas veces lo sujeto con las manos, otras me cae en la cabeza, otras se estrella contra el lavabo, otras contra el suelo... Yo me cago en sus muertos y lo dejo en la repisa de la ventana. Por las noches mi mujer se ducha, para ir fresquita a la cama, y después se seca los pelos, para no agarrar un catarro. Ve el secapelos en la ventana, se caga en mis muertos, y después de usarlo lo pone encima del armario.
Y al día siguiente pasa lo mismo.
Desde hace diez años.
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