Ir al contenido principal

Hola buenos días

Como últimamente voy mucho al médico me he empezado a fijar en tonterías. Y a hacerlas en público.

Por ejemplo, suele pasar que en una sala de espera atestada y silenciosa entra una persona educada y dice bajito, como para el cuello de su camisa, bss dsss, dirigido al conjunto de esperantes. Entonces voy yo y le contesto, en voz alta, clara y cantarina, hola buenos días, y se sobresalta todo el mundo, empezando por el educado saludante, que no se lo espera, y se pregunta esto a qué viene, y siguiendo por los demás, que empiezan a decir qué pasa, me han llamado ya, por qué número van, qué pesaos la hora que es ya, y cosas así.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Declaración de intenciones

Las lágrimas se guardan para los entierros, y la vida hay que buscarla allí donde lo dejan a uno. En una casa buena de Cádiz o en el infierno. Donde sea, donde se pueda El asedio, de Arturo Pérez Reverte Esta es la sabiduría de Felipe Mojarra, salinero, de la Isla, de barro hasta las rodillas y que pelea contra el francés, en el año de 1811, en la Bahía de Cádiz, sin saber por qué. Y esa es la que buscaré compartir con vosotros cada mañana desde este rinconcito de la red. ¡Qué gusto volver a escribir!
Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, se va volviendo mi hogar, llenándoseme de nombres. No es ya un extraño país lejano en el horizonte, es cita donde me aguardan pupilas que me conocen, labios que me dieron besos, pieles que llevan mis roces. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, de gestos ya conocidos de amor, de abrazos que acogen, en los que revivir puedo amadas palpitaciones, y tantos y tantos sueños que aguardan consumaciones. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones: me gusta saber que Dios prepara para los hombres Paraísos que permiten recuperar los adioses. Allí se me van llegando uno a uno mis amores, con besos hoy silenciosos que tendrán resurrecciones. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, se va volviendo mi hogar, llenándoseme de nombres.