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Traspaso de marrones

El inicio del inicio tiene su explicación en que la desviación de dos puntitos en el déficit público parecen una tontería, pero son 20.000 millones de euros. En las fechas anteriores a la toma de posesión del nuevo gobierno las delegaciones del PSOE y del PP estuvieron hablando cordialmente sobre el traspaso de poderes, y sobre el traspaso de marrones. De las reuniones salían todos con una sonrisa de oreja a oreja, pues no son tan malos, estos rojos, decían unos, pues no son tan fachas, decían otros, ji, ji, ja, ja. Ahora hemos descubierto que la pregunta acerca de cuánto hay en la caja, o de cuánto falta en la caja, no se hizo, y resulta que en el caja hay menos de lo que se esperaba el PP. Ana Mato se dio cuenta cuando fue a pagar la nueva alfombra de IKEA de su despacho, al que quiere dar un aire más funcional. Fue a por chines, y a ver, a ver... pues no que me faltan 16 billones de pesetas, va a tener que volver usted mañana. Si es que nunca sé donde pongo el dinero suelto.

Ay, ay, ay, a un tecnócrata nunca le hubiera pasado eso, pero nuestros políticos, aun los economistas políticos, siguen haciendo todo con la cuenta de la vieja, y así no puede ser.

Comentarios

  1. ¡Socorro, qué futuro y encima se ganan puestos vitalicios!

    Que San Telmo y San Mamés rueguen por nosotros. Amen.

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Las lágrimas se guardan para los entierros, y la vida hay que buscarla allí donde lo dejan a uno. En una casa buena de Cádiz o en el infierno. Donde sea, donde se pueda El asedio, de Arturo Pérez Reverte Esta es la sabiduría de Felipe Mojarra, salinero, de la Isla, de barro hasta las rodillas y que pelea contra el francés, en el año de 1811, en la Bahía de Cádiz, sin saber por qué. Y esa es la que buscaré compartir con vosotros cada mañana desde este rinconcito de la red. ¡Qué gusto volver a escribir!
Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, se va volviendo mi hogar, llenándoseme de nombres. No es ya un extraño país lejano en el horizonte, es cita donde me aguardan pupilas que me conocen, labios que me dieron besos, pieles que llevan mis roces. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, de gestos ya conocidos de amor, de abrazos que acogen, en los que revivir puedo amadas palpitaciones, y tantos y tantos sueños que aguardan consumaciones. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones: me gusta saber que Dios prepara para los hombres Paraísos que permiten recuperar los adioses. Allí se me van llegando uno a uno mis amores, con besos hoy silenciosos que tendrán resurrecciones. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, se va volviendo mi hogar, llenándoseme de nombres.