No tengo más que tres ideas en la cabeza, es por la crisis, pero cuando estoy ocioso, que es casi siempre, intento ponerlas en orden, porque me han dicho que mientras lo hago se van ligando conexiones neuronales que andan sueltas: uno, dos, tres; tres, uno, dos; dos, tres, uno, y así, a ver cómo quedaban mejor en el cerebro. De repente pasó mi cuñada con el cortacésped, tres, tres, tres, y otra vez, uno, uno, uno, y otra vez, dos, dos, dos, y así no había forma de pensar con criterio ni con orden ni con nada. Algo debió ver en mi cara porque me dijo esto no lo pondrás en el egunon, verdad, y yo dije que no, que no se preocupara, pero es que sí, porque no soy un hombre de palabra, sino de pensamiento, y éste, desordenado. Pero por su culpa.
Egun on, MIkel. Tienes razón en lo de las chanclas, y lo apunto para tratarlo en una próxima digresión, pero, hablando de ropa, yo creo que cada edad tiene su manera propia de vestir. Y que cualquier otra le es impropia. Lo digo sin rigideces y sin formalismos. La amplísima variedad que se ofrece en las tiendas ya da como para no tener que vestir con cincuenta como si se tuvieran veinte. Hay un momento de la vida en el cual determinadas partes del cuerpo deben permanecer ocultas a la vista de los demás. De esto no tengo ninguna duda. Por ejemplo, las piernas, en todo lo que ellas comprenden, desde el tobillo hasta la ingle. También la barriga, en un radio de un metro y medio desde el ombligo. O los brazos, desde la muñeca hasta el hombro. A partir de los cuarenta y pico eso ya no se enseña a nadie. Ni a uno mismo, si no es para lavar. La profusión capilar, cuando se da, convierte esas partes de algunos cuerpos en espectáculos especialmente repulsivos y deleznables. Así, y en mi o
¡¡¡¡¡¡¡No me deja publicar!!!!!
ResponderEliminar¡Cómo publique ésto, no sé que pensar, yo quiero publicar otra cosa.....
Voy a hacerlo a trozos cortos, a ver si así me deja...
ResponderEliminar"Pues sí que te entiendo.
Tenemos una maravillosa y nueva sala de profesores en el Colegio, a estrenar.
Pero ayer que fue la inauguración, sin piscolabis ni nada, todos venían a verla; todos pasamos por allí para llevar material de un sitio al otro, de la tutoría a la sala de profesores y viceversa. Libros, carritos con armarios, armarios entre dos sin carrito. Que Gerardo tiene que unir con tacos las baldas a la pared: saca todo lo que has metido ya..... Que sólo una balda por materia no es suficiente según que materias. ¡Que cipitostio de ambiente para trabajar!. Yo, que a diferencia de ti, tenía una sola idea para "trabajaya" se me movía toda y no podía centrarla.
Ok, así si, continúo.
ResponderEliminar"Hoy daba el sol por las ventanas y todos buscábamos la sombra y que la corriente de aire te pudiera alcanzar. Maravillosas vistas al exterior, por el mismo criterio entraba el sol a raudales. Los que ya estamos allí fijos, por no ser tutores ¡teníamos un calor! "Que alguien apunte las cortinas como prioritario", ya, pero "que venga por favor el de Informática a poner en funcionamiento los ordenadores e internet". Y nos vamos a tropezar más de uno en los cables desde la mesa a los enchufes. "Si me hubieran hecho caso", decía una voz. Claro, que los que seguían llevando libros y armarios y baldas varias, pasaban sudando aún más y calentándonos el ambiente. La broma de turno de poner un radio-cassete de okupa, en una balda de otra materia, para ver qué decía el compañero al descubrirla. En el despacho contiguo Gerardo taladrando las paredes. Unos compis de Primaria que pasan y dicen "Qué genial está esta sala, yo me apunto en el sofá a las 2.30 todos los días"
¡Un ambientazo super salado! ¡Y cada uno trabajando!. Para el segundo día ya estábamos hechos. Mi idea fija ya en el lugar del cerebro correspondiente. Mientras escuchábamos sin acritud a los de las tutorías diciendo ¡"Pero cómo vas a poner eso ahí, que queda feísimo"!."
Termino:
ResponderEliminar"Para el miércoles, que vienen los alumnos nuevos, todo estará limpio, ordenado y funcionando, todos gratamente aposentados y como si hubiéramos estado allí toda la vida. No pudiendo creer, ni los que lo hemos visto, que el jueves anterior a las 9 de la mañana todo estaba por organizar. Y con las materias de siempre o las nuevas a dar este año, en su punto para empezar el curso. Y los tutores, campeones de conocimiento de los alumnos de sus clases.
¡Si es que somos unos fenómenos!. No sé quién puede quejarse o no confiar en los de la Enseñanza, somos seres flexibles, fácilmente adaptados a los cambios, trabajadores, competentes, eficientes y divertidos. En cualquier ambiente y con el nuevo cargo que te haya tocado.
Señores, no se puede pedir más por menos. Porque, otros trabajadores que ganan millones por salir a dar patadas a un balón al campo, por un esfuerzo como el nuestro de ayer y hoy, hubieran tenido una sesión importantísima de masajes al acabar y aplausos el fin de semana. Y tiempo tranquilo de preparación de la pretemporada en Suiza. Y cánticos de ánimo cuando no lo hacen bien, volcada la afición.
Yo siempre he pensado, que alguna vez se les tenía que ocurrir a los alumnos hacerte la ola (con seriedad claro) cuando has llevado una clase como Dios manda. Que también tenemos nuestro corazoncito y es verdad que llega mucho reconocimiento de algunos chavales y padres; pero si hay algún trauma, alguna capacidad no conseguida, juventud poco comprometida o trabajadora, niños obsesionados con alguna materia, o dificultades en un área...la culpa es de los maestros, profesores o de la enseñanza.
Compañeros trabajadores concienzudos de la enseñanza todos, yo os aplaudo virtualmente desde aquí y valoro vuestro esfuerzo y trabajo por el mérito que tiene. Que hacer de niños y adolescentes personas de fuste, no sale por casualidad ni sin esfuerzo. Y el que entienda que es corporativismo, en su acepción más peyorativa, es que no ha entendido nada. Tendrá que repetir la lectura hasta entender el concepto y luego aplicarlo a otro ejemplo semejante, para demostrarme que lo ha aprendido.
Parece ser que no deja hacer un comentario más largo que el escrito por el bloguero titular.
ResponderEliminarY yo lo comprendo. Es lógico.
Pero tengo verborrea compulsiva. Lo siento.
Mi vecino no tiene cortacésped; tampoco tiene césped, pero tiene taladro. Por suerte para él, yo no escribo el egunon.
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