¿Qué haces si en medio de una fase depresiva de tu vida neuronal te tiras en el sofá porque no puedes hacer otra cosa, y entonces te empiezan a venir a la cabeza pensamientos negativos, a motrollón, corriendo como cabrones a ocupar su lugar en el lóbulo del cerebro en el más daño hagan, y de repente gana aquel tan primario que dice "se me cae la casa encima", en sentido figurado claro está, y entonces va el vecino y empieza las obras, pom, pom, pom, pom, y te cae en la frente un cascote de tamaño regular que se desprende del tabique divisorio? ¿Qué haces, eh, si estás pensando que se te cae la casa encima y va la casa y se empieza a caer encima? Huir no puedes, porque es de cobardes, y además la pierna no te responde. Seguir en el sofá tampoco, porque el vecino sigue enajenado con el mazo y se ha convertido en un lugar inseguro. Llamar a Mapfre o a la policía local es misión imposible porque el teléfono está en la otra punta. Desear la muerte es una opción inteligente y totalmente compatible con la depresión, pero eso es como si deseas cantar en el Liceo o jugar en los Lakers, que no pasa porque lo quieras. Así que me cagué en la madre que lo parió y esperé a que llegara alguien a casa y me rescatara, cosa que pasó a los dos días con sus noches. No supieron si llevarme a urgencias de psiquiatría o de cosas nerviosas o de huesos, porque yo no me expresaba con mucha claridad y había mucho ruido. Y allí me dejaron, con unas botellas de leche, unas galletas digestive y unas medicinas, hasta que acabaran la obra y me aclarara un poco en cuanto a mis necesidades. Menos mal que ya están pintando. En tres días, listo.
Egun on, MIkel. Tienes razón en lo de las chanclas, y lo apunto para tratarlo en una próxima digresión, pero, hablando de ropa, yo creo que cada edad tiene su manera propia de vestir. Y que cualquier otra le es impropia. Lo digo sin rigideces y sin formalismos. La amplísima variedad que se ofrece en las tiendas ya da como para no tener que vestir con cincuenta como si se tuvieran veinte. Hay un momento de la vida en el cual determinadas partes del cuerpo deben permanecer ocultas a la vista de los demás. De esto no tengo ninguna duda. Por ejemplo, las piernas, en todo lo que ellas comprenden, desde el tobillo hasta la ingle. También la barriga, en un radio de un metro y medio desde el ombligo. O los brazos, desde la muñeca hasta el hombro. A partir de los cuarenta y pico eso ya no se enseña a nadie. Ni a uno mismo, si no es para lavar. La profusión capilar, cuando se da, convierte esas partes de algunos cuerpos en espectáculos especialmente repulsivos y deleznables. Así, y en mi o
"SI LO PUEDES SOÑAR, LO PUEDES HACER" es una frase de Wald Disney.
ResponderEliminarA huevo viene con tu Egunon de hoy. La acción sigue al pensamiento.
En yoga recuerdo que nos decían que la mente es como un mono tonto que hay que controlar porque va de una idea a otra, sin pararse. Pero si respiras conscientemente, el cuerpo se equilibra y esa acción rige el pensamiento y el pensamiento entonces sigue a la acción. Todo es uno.
Machacamos el cuerpo, nos echamos desde la mente cascotes (decimos que son de la obra del vecino) ¡toma pensamiento negativo, uno detrás de otro! se agita la respiración y ya todo va revolucionado, respiramos de forma superficial y el pecho nos oprime...
¡ALTO, EL PENSAR MAL SE VA A ACABAR!. Que venía muy bien todo eso cuando había que salir cingando porque te atacaba el oso de la caverna, un poco de estrés y salvabas la situación.
Ahora hemos evolucionado y vivimos estresados. Agotador. ¡Acción, acción, acción, acción.....!Sin oso, sólo nuestras propias elucubraciones! O todo lo malo que te trae la vida. Un pensamiento negativo tras otro y el cuerpo no distingue, reacciona igual: respirar rápido y salir a galope, pero está en el sofá.
Decía el dueño del perro, "si es muy obediente, hace lo que le mandas, pero si está tranquilo". ¡Qué gracioso el tío!. Así cualquiera. Consiste en hacerlo bien cuando está nervioso. Nadie muerde cuando está contento, ni siquiera el perro.
Tiene que ser fácil. Si la mente tiende inconscientemente a pensamientos negativos, combatámoslos con pensamientos positivos conscientes. El perro babea sólo con ver la comida, mientras tanto es feliz. Los humanos tenemos el dicho de "se me hace la boca agua". Si pensamos en ensalivar conscientemente, al pensamiento seguirá la acción, acabamos ensalivando y la respiración se calma, cuando se estabilice, un aluvión de pensamientos positivos conscientes en cascada, repetir esos sueños que queremos alcanzar y "SI LO PUEDES SOÑAR, LO PUEDES HACER".....
No creo que sea tan rápido como que en tres días ya estés pintando, hay que perseverar más...porque la mente es un mono tonto y cuántas veces nos encontramos dando vueltas a la cabeza a la misma preocupación, royendo el hueso una y otra vez sin dejar de pensar en lo malo. Lo que se dice “marear la perdiz”. Para empatar habrá que hacerlo tantas veces en positivo como nos comemos el coco en negativo. Y como hay que ganar, habrá que hacerlo muchas más veces. No falla, es pura matemática. Hacer balance y que los ingresos superen a los gastos.
Otro nivel ya, es lo de vaciar la mente. Conseguir que casi no necesites ni respirar de puro relajado que estás. Pero eso viene después de practicar el rezar, la posición de loto, el amor al prójimo más que a uno mismo, dominar la meditación, el Kung-fu y.........