La organización de la JMJ quería tener contentos a sus patrocinadores: un sitio cerca del Papa en las misas, qué bonito ver a Botín y a Rato diciendo aquí estoy yo, completamente católicos ellos, y las agosteñas rebajas, que no olvidemos que también El Corte Inglés ponía su parte: así que indulgencia plenaria, sentenció Rouco, para quienes participen en la Jornada, se confiesen y recen por las intenciones del Santo Padre. Estos ya pueden ir a pecar a (los) Cuatro Vientos, que el árbitro mirará hacia otro lado.
Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, se va volviendo mi hogar, llenándoseme de nombres. No es ya un extraño país lejano en el horizonte, es cita donde me aguardan pupilas que me conocen, labios que me dieron besos, pieles que llevan mis roces. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, de gestos ya conocidos de amor, de abrazos que acogen, en los que revivir puedo amadas palpitaciones, y tantos y tantos sueños que aguardan consumaciones. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones: me gusta saber que Dios prepara para los hombres Paraísos que permiten recuperar los adioses. Allí se me van llegando uno a uno mis amores, con besos hoy silenciosos que tendrán resurrecciones. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, se va volviendo mi hogar, llenándoseme de nombres.
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