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Pina de Ebro

El ABC es una de las empresas que patrocinan la venida del Papa Benedicto. Para que todo sea como tiene que ser, y que el Pontífice, además del calor de Madrid de agosto, sienta el calor que emite el pueblo español cuando suda arremolinado alrededor de su persona, este famoso diario de la derecha vende por un euro con cincuenta un adminículo que con una sola pasada por los mofletes te pinta la bandera española, sin necesidad de enguarrarse uno y sin que al Santo Padre se le pringuen los santos dedos si le da por hacerte una carantoña. Y lo vende bien. Que uno de cada tres de los seis mil peregrinos que atestaban ayer la estación de servicio de Pina de Ebro llevaba impresa la rojigualda.

Comentarios

  1. No puedo con los intereses conocidos, desconocidos e insospechados que no sean pastorales, de la visita del Papa.

    Me cuesta entender hasta los pastorales. Es duro para los creyentes sentirnos cercanos a los planteamientos de ver en la visita un gasto excesivo, para los momentos de crisis y paro que tanto nos preocupan.

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Las lágrimas se guardan para los entierros, y la vida hay que buscarla allí donde lo dejan a uno. En una casa buena de Cádiz o en el infierno. Donde sea, donde se pueda El asedio, de Arturo Pérez Reverte Esta es la sabiduría de Felipe Mojarra, salinero, de la Isla, de barro hasta las rodillas y que pelea contra el francés, en el año de 1811, en la Bahía de Cádiz, sin saber por qué. Y esa es la que buscaré compartir con vosotros cada mañana desde este rinconcito de la red. ¡Qué gusto volver a escribir!
Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, se va volviendo mi hogar, llenándoseme de nombres. No es ya un extraño país lejano en el horizonte, es cita donde me aguardan pupilas que me conocen, labios que me dieron besos, pieles que llevan mis roces. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, de gestos ya conocidos de amor, de abrazos que acogen, en los que revivir puedo amadas palpitaciones, y tantos y tantos sueños que aguardan consumaciones. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones: me gusta saber que Dios prepara para los hombres Paraísos que permiten recuperar los adioses. Allí se me van llegando uno a uno mis amores, con besos hoy silenciosos que tendrán resurrecciones. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, se va volviendo mi hogar, llenándoseme de nombres.