¿Cómo se llama a cuando tú mandas a tu hija a Alemania de intercambio con un idiazábal de campeonato y quinientos gramos de jamón ibérico de bellota cortado a cuchillo en dos paquetes envasados al vacío para obsequiar a la familia de acogida y tú hija vuelve diciendo que dicen que gracias y que me han dado para tí este salchichón que compraron ayer en el súper?
Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, se va volviendo mi hogar, llenándoseme de nombres. No es ya un extraño país lejano en el horizonte, es cita donde me aguardan pupilas que me conocen, labios que me dieron besos, pieles que llevan mis roces. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, de gestos ya conocidos de amor, de abrazos que acogen, en los que revivir puedo amadas palpitaciones, y tantos y tantos sueños que aguardan consumaciones. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones: me gusta saber que Dios prepara para los hombres Paraísos que permiten recuperar los adioses. Allí se me van llegando uno a uno mis amores, con besos hoy silenciosos que tendrán resurrecciones. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, se va volviendo mi hogar, llenándoseme de nombres.
No creo que sean diferencias culturales...
ResponderEliminar