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Cámbiame la realidad, que esta es una mierda

Egunon Mikel,

una madre vio con su hija de tres años un tráiler de la película "Nunca apagues la Luz". Y ahora la niña está tan asustada que no quiere andar sola por casa.

La madre está desesperada. Como tú no eres madre, no te haces cargo, pero que tu hija no quiera andar sola por casa provoca desesperación. Y si estas desesperado, igual que cuando estás contento, griposo, comiendo, viendo un paisaje, triste, animoso, sorprendido, traumatizado, en La Romareda o estudiando para un examen, vas a Facebook y lo cuentas y pides que retiren el anuncio de una vez, que esto no puede ser, que tu hija va a traumatizarse y vete a tú a saber qué será de su futuro, llena de traumas provocados por trailers inadecuados para el horario infantil.

Y eso tendríamos que hacer todos. Escribir a Facebook para que cambien la realidad cuando no nos guste. Facebook lo puede todo (esta mujer ha conseguido que 26136 personas compartan su petición).

Yo voy a pedir que quiten la guerra de Siria y que pongan Mary Poppins.

A ver.


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Las lágrimas se guardan para los entierros, y la vida hay que buscarla allí donde lo dejan a uno. En una casa buena de Cádiz o en el infierno. Donde sea, donde se pueda El asedio, de Arturo Pérez Reverte Esta es la sabiduría de Felipe Mojarra, salinero, de la Isla, de barro hasta las rodillas y que pelea contra el francés, en el año de 1811, en la Bahía de Cádiz, sin saber por qué. Y esa es la que buscaré compartir con vosotros cada mañana desde este rinconcito de la red. ¡Qué gusto volver a escribir!
Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, se va volviendo mi hogar, llenándoseme de nombres. No es ya un extraño país lejano en el horizonte, es cita donde me aguardan pupilas que me conocen, labios que me dieron besos, pieles que llevan mis roces. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, de gestos ya conocidos de amor, de abrazos que acogen, en los que revivir puedo amadas palpitaciones, y tantos y tantos sueños que aguardan consumaciones. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones: me gusta saber que Dios prepara para los hombres Paraísos que permiten recuperar los adioses. Allí se me van llegando uno a uno mis amores, con besos hoy silenciosos que tendrán resurrecciones. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, se va volviendo mi hogar, llenándoseme de nombres.