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Ni perspicaz ni suspicaz

Egunon Mikel

Aunque son las cuatro de la mañana, he tenido que levantarme para ir al Larousse a ver la diferencia entre perspicaz y suspicaz. No dormir es lo que tiene, que te pasas la noche dando vueltas a cosas tontas dentro de tu propia cabeza. Pensando a ver si eres perspicaz o suspicaz, o las dos cosas, o si tienes más de lo uno que de lo otro. O si de dice así o se dice pespicaz y surspicaz. O por qué comparten desinencia si no comparten familia semántica.

Perspicaz es alguien sagaz y agudo, que se percata de las cosas aunque no estén claras. Tipo Ana Botella. Eso no soy, parece claro.

Y suspicaz, del latín suspicacem, se refiere a alguien propenso a ver mala intención en las acciones ajenas. De esto tampoco tengo. Fuera de algunos políticos valencianos y de Pepe, el del Madrid, no veo mala intención en la acciones de nadie.

No darme cuenta de las cosas hasta que no están claras me obliga a leer los periódicos por las mañanas poniendo mucha atención.

Y no ser suspicaz me lleva a fiarme de las personas hasta el punto de salir escaldado en más ocasiones de las que me gustaría.

Voy a seguir sin dormir, a ver si soy algo.

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