Me tomé en serio aquello de que errar es humano. Tanto, que fallé en casi todo lo que intenté en la vida. Y algunos de los errores han sido tan tremendos que me da vergüenza mirar hacia atrás y verme en ellos.
Pero de entre todos los errores, ninguno como el de ayer por la mañana. Yo tomaba el avión de las 7:00 para Madrid y otros dos mil, o tres mil, se iban a Bucarest a ver ganar al Athletic la Copa de la UEFA.
Viendome allí, con el maletín en la mano y la cara de gilipollas, me dí cuenta de que otra vez estaba en la cola que no era.
Serené mi conciencia razonando que iba a cumplir con mi obligación, a hacer bien un trabajo, me dí cuenta de que en mi cuenta corriente tendría pasado mañana mil quinientos euros más que todos aquellos, y acabé pensando... que estaba otra vez en la cola que no era.
Pero de entre todos los errores, ninguno como el de ayer por la mañana. Yo tomaba el avión de las 7:00 para Madrid y otros dos mil, o tres mil, se iban a Bucarest a ver ganar al Athletic la Copa de la UEFA.
Viendome allí, con el maletín en la mano y la cara de gilipollas, me dí cuenta de que otra vez estaba en la cola que no era.
Serené mi conciencia razonando que iba a cumplir con mi obligación, a hacer bien un trabajo, me dí cuenta de que en mi cuenta corriente tendría pasado mañana mil quinientos euros más que todos aquellos, y acabé pensando... que estaba otra vez en la cola que no era.
Y es que la lógica, no siempre funciona. Efectivamente, nadie te garantiza que la fila en la que te ubicaste fuera la de los mil quinientos euros más, así que en ocasiones, lo mejor es lo de carpe diemm y olvidarse lo demás.
ResponderEliminarEspero que, al menos,hoy a las 8.45, estés de vuelta de Madrid.