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Seguros

Egun on Mikel

acabo de recibir una carta de La Caixa en la que me informan de que el seguro de vida que tengo con ellos ha sufrido algunas modificaciones. La primera de ellas es que se amplía la cobertura, al sustituir el concepto "meteoritos" por el de "cuerpos siderales o aerolitos".

Antes, si me caía el trozo de un satélite chino en la espalda y me provocaba la muerte, no estaba cubierto. Y ahora sí.

Antes solo me cubría el seguro si lo que me caía en la espalda es un trozo de roca desprendido de Plutón.

No me digas que no es un avance.

Pero ojo, que ya te veo venir. Para que me cubra el seguro, mi viuda no puede coger un trozo de lavadora Hisense del garbigune y presentarse delante del perito diciendo que ahí está, que la marca impresa en el trozo de chapa demuestra que es china la cosa que cayó del espacio. Antes bien, el Consorcio de Seguros se asegurará, consultando a los organismos públicos oficiales competentes, de que el trozo de metal tiene relación con los acontecimientos extraordinarios cubiertos por el seguro.

Tontos no son.




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Las lágrimas se guardan para los entierros, y la vida hay que buscarla allí donde lo dejan a uno. En una casa buena de Cádiz o en el infierno. Donde sea, donde se pueda El asedio, de Arturo Pérez Reverte Esta es la sabiduría de Felipe Mojarra, salinero, de la Isla, de barro hasta las rodillas y que pelea contra el francés, en el año de 1811, en la Bahía de Cádiz, sin saber por qué. Y esa es la que buscaré compartir con vosotros cada mañana desde este rinconcito de la red. ¡Qué gusto volver a escribir!
Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, se va volviendo mi hogar, llenándoseme de nombres. No es ya un extraño país lejano en el horizonte, es cita donde me aguardan pupilas que me conocen, labios que me dieron besos, pieles que llevan mis roces. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, de gestos ya conocidos de amor, de abrazos que acogen, en los que revivir puedo amadas palpitaciones, y tantos y tantos sueños que aguardan consumaciones. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones: me gusta saber que Dios prepara para los hombres Paraísos que permiten recuperar los adioses. Allí se me van llegando uno a uno mis amores, con besos hoy silenciosos que tendrán resurrecciones. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, se va volviendo mi hogar, llenándoseme de nombres.