Egunon Mikel:
estos pensamientos me han quedado un poco largos, pero debo trasladártelos para que no pienses que Cañete es tan malo como dicen. Qué va, si te has hecho esa imagen, culpa de los otros. Yo ahora mismo me lo imagino sin caber en sí, a ver si llega el sábado de una vez, para cagarse a gusto en la madre que parió a su jefe de campaña, y a la cúpula entera del PP, porque lo han vuelto loco desde hace quince días, o más.
Primero fue Rajoy, que estaba tan a su discurso de la recuperación de la economía, que hasta que la campaña no estaba encima no le dijo que iba a ser el candidato. Y luego fueron el jefe de campaña, o como se llame, y la caterva de asesores, consejeros, recortaperiódicos, sugierechistes e inventaocurrencias que lo han rodeado.
Se cagará en la madre del que le dijo, antes del debate con Valenciano, que se contuviera un poco, que ya nos conocemos cuando te alteras, Miguel, que te vuelves tú mismo.
Se cagará en la madre del que le dijo que leyera papeles, en el debate, que si no se te dispersa el verbo, Cañete, y no se te entiende. Y luego pasó que, por hacerle caso, como fue sin gafas, que no parecía ni él, tampoco podía leer bien, y se trafulcaba. Y hasta daba la sensación de que no tuviera la superioridad intelectual que le es tan evidente.
Se cagará en la madre del que le dijo, en la mañana siguiente del debate, cuando iban para Antena 3, que había que modificar un poco el discurso, elevar un pelín el tono, y que fuera más él, pero si ayer me dijeron que fuera menos yo, contestaba, en qué quedamos, nada, nada, Cañete, las encuestas de esta mañana piden más tú. Y luego fue más él y la cagó del todo.
Se cagará en la madre del que le dijo que no tenía que pedir perdón, que total, sólo has ofendido a unos pocos millones de rojos asquerosos y a otros pocos millones de feministas marimachos, y se lo tienen bien merecido, qué cojones, que menuda herencia nos han dejao...
Se cagará en la madre del que le dijo "no te disculpes, cagao, dí que ha sido una frase desafortunada". Menuda mierda, pensó Cañete, si todos saben que cada cosa que dice un candidato, antes de ser proferida, pasa por el negociado de ocurrencias y frases hechas, en el que trabajan más de quinientos asesores, de imagen y de sonido, venidos de todos los rincones del planeta, lo más ingenioso de cada casa, expertos en comunicación, cómo va a haber frases desafortunadas.
Se cagará en la madre del que le dijo, después del disparate, "no te disculpes, cagao, dí que estabas cansado". Menuda desvergüenza, pensó Cañete, tener que hablar de cansancio delante de millones de personas que tienen alguna razón más que tú para estar cansados, o directamente hartos.
Se cagará en la madre del que le dijo "no te disculpes, cagao, dí que todo el mundo tiene derecho a equivocarse", porque, pensaba el candidato, nadie tiene derecho a equivocarse (dónde esté ese derecho, a ver. Uno tiene derecho a la salud, a la educación, a expresarse libremente y a rezar al Dios que le parezca, pero no a equivocarse).
Se cagará en la madre del que le dijo "no te disculpes, cagao, dí que los socialistas se están pasando en sus descalificaciones hacía tí, los muy cabrones, cuando saben, por la convivencia y el compadreo en el Congreso, que eres un tío cojonudo, más campechano que un chorizo a la sidra, y que respetas tanto a las mujeres que propones a una para ser ministra". Cómo voy a decir eso, pensaba Miguel, Arias Cañete, candidato a europarlamentario, si todo el mundo sabe que cuando das ventaja en campaña, el otro tiene que aprovecharla, que yo haría lo mismo. Como cuando un portero comete un error y te deja la pelota en el punto de penalty para que marques a puerta vacía. Lo que tienes que hacer es meter el gol y dejarte de mandangas, y luego rematar seis, ocho, diez veces, el balón contra la red, y jalear al público alborozado, que es lo que llevan haciendo los socialistas toda la semana.
Se cagará en la madre del que le dijo, después de todo lo anterior, que sí tenía que pedir perdón. ¿Pero no habíamos quedado que no?, preguntaba el aspirante a comisario europeo. Que, claro, cuando no sabes pedir perdón, la petición te sale rozando el poste, pero por fuera. ¿No le explicó Rajoy, que pidió perdón el 1 de agosto del año pasado, aprovechando que todos estábamos de vacaciones, cómo se pide perdón para que parezca de verdad y cueste poco (pocos votos, quiero decir)? ¿No le explicó Esperanza Aguirre, que pidió perdón a la ciudadanía madrileña por haber aparcado mal, (aunque solo fue un minuto), por haber ofendido a la Policía Local, (que, en verdad, menudos machistas), por haber huído como una cobarde, (aunque tenía mucha prisa y no quería dar a aquellos agentes el gustazo de sentirse protagonistas), y por haber derribado la moto del agente, (aunque un descuido conduciendo, y con el estrés del momento, lo tiene cualquiera), cómo se pide perdón para que parezca de verdad, aunque luego se te caiga la cara de vergüenza? ¿No le explicó el ministro del Interior, tan dado, por cuestiones de militancia religiosa, a la contricción y el propósito de enmienda, como se pide perdón para que parezca que eres sincero, aunque por dentro te estés descojonando vivo?
Cuando no sabes pedir perdón, porque nadie te dice cómo se hace, empiezas diciendo aquello de "si he ofendido a alguien"... ¿Como que "si" - condicional - he ofendido a alguien? ¿No le explicaron Rajoy, Aguirre o Fernández Díaz, ministros o ex-ministros del gobierno de España, como él, que que sí - adverbio de afirmación -, que claro que has ofendido, Cañete, y no a alguien, sino a muchos?
Hasta los cojones tiene que estar de sus compañeros, que no han sabido potenciar sus cualidades sin número, para llevarlo en volandas a compartir el Olimpo con Europa.
Pobre Cañete.
estos pensamientos me han quedado un poco largos, pero debo trasladártelos para que no pienses que Cañete es tan malo como dicen. Qué va, si te has hecho esa imagen, culpa de los otros. Yo ahora mismo me lo imagino sin caber en sí, a ver si llega el sábado de una vez, para cagarse a gusto en la madre que parió a su jefe de campaña, y a la cúpula entera del PP, porque lo han vuelto loco desde hace quince días, o más.
Primero fue Rajoy, que estaba tan a su discurso de la recuperación de la economía, que hasta que la campaña no estaba encima no le dijo que iba a ser el candidato. Y luego fueron el jefe de campaña, o como se llame, y la caterva de asesores, consejeros, recortaperiódicos, sugierechistes e inventaocurrencias que lo han rodeado.
Se cagará en la madre del que le dijo, antes del debate con Valenciano, que se contuviera un poco, que ya nos conocemos cuando te alteras, Miguel, que te vuelves tú mismo.
Se cagará en la madre del que le dijo que leyera papeles, en el debate, que si no se te dispersa el verbo, Cañete, y no se te entiende. Y luego pasó que, por hacerle caso, como fue sin gafas, que no parecía ni él, tampoco podía leer bien, y se trafulcaba. Y hasta daba la sensación de que no tuviera la superioridad intelectual que le es tan evidente.
Se cagará en la madre del que le dijo, en la mañana siguiente del debate, cuando iban para Antena 3, que había que modificar un poco el discurso, elevar un pelín el tono, y que fuera más él, pero si ayer me dijeron que fuera menos yo, contestaba, en qué quedamos, nada, nada, Cañete, las encuestas de esta mañana piden más tú. Y luego fue más él y la cagó del todo.
Se cagará en la madre del que le dijo que no tenía que pedir perdón, que total, sólo has ofendido a unos pocos millones de rojos asquerosos y a otros pocos millones de feministas marimachos, y se lo tienen bien merecido, qué cojones, que menuda herencia nos han dejao...
Se cagará en la madre del que le dijo "no te disculpes, cagao, dí que ha sido una frase desafortunada". Menuda mierda, pensó Cañete, si todos saben que cada cosa que dice un candidato, antes de ser proferida, pasa por el negociado de ocurrencias y frases hechas, en el que trabajan más de quinientos asesores, de imagen y de sonido, venidos de todos los rincones del planeta, lo más ingenioso de cada casa, expertos en comunicación, cómo va a haber frases desafortunadas.
Se cagará en la madre del que le dijo, después del disparate, "no te disculpes, cagao, dí que estabas cansado". Menuda desvergüenza, pensó Cañete, tener que hablar de cansancio delante de millones de personas que tienen alguna razón más que tú para estar cansados, o directamente hartos.
Se cagará en la madre del que le dijo "no te disculpes, cagao, dí que todo el mundo tiene derecho a equivocarse", porque, pensaba el candidato, nadie tiene derecho a equivocarse (dónde esté ese derecho, a ver. Uno tiene derecho a la salud, a la educación, a expresarse libremente y a rezar al Dios que le parezca, pero no a equivocarse).
Se cagará en la madre del que le dijo "no te disculpes, cagao, dí que los socialistas se están pasando en sus descalificaciones hacía tí, los muy cabrones, cuando saben, por la convivencia y el compadreo en el Congreso, que eres un tío cojonudo, más campechano que un chorizo a la sidra, y que respetas tanto a las mujeres que propones a una para ser ministra". Cómo voy a decir eso, pensaba Miguel, Arias Cañete, candidato a europarlamentario, si todo el mundo sabe que cuando das ventaja en campaña, el otro tiene que aprovecharla, que yo haría lo mismo. Como cuando un portero comete un error y te deja la pelota en el punto de penalty para que marques a puerta vacía. Lo que tienes que hacer es meter el gol y dejarte de mandangas, y luego rematar seis, ocho, diez veces, el balón contra la red, y jalear al público alborozado, que es lo que llevan haciendo los socialistas toda la semana.
Se cagará en la madre del que le dijo, después de todo lo anterior, que sí tenía que pedir perdón. ¿Pero no habíamos quedado que no?, preguntaba el aspirante a comisario europeo. Que, claro, cuando no sabes pedir perdón, la petición te sale rozando el poste, pero por fuera. ¿No le explicó Rajoy, que pidió perdón el 1 de agosto del año pasado, aprovechando que todos estábamos de vacaciones, cómo se pide perdón para que parezca de verdad y cueste poco (pocos votos, quiero decir)? ¿No le explicó Esperanza Aguirre, que pidió perdón a la ciudadanía madrileña por haber aparcado mal, (aunque solo fue un minuto), por haber ofendido a la Policía Local, (que, en verdad, menudos machistas), por haber huído como una cobarde, (aunque tenía mucha prisa y no quería dar a aquellos agentes el gustazo de sentirse protagonistas), y por haber derribado la moto del agente, (aunque un descuido conduciendo, y con el estrés del momento, lo tiene cualquiera), cómo se pide perdón para que parezca de verdad, aunque luego se te caiga la cara de vergüenza? ¿No le explicó el ministro del Interior, tan dado, por cuestiones de militancia religiosa, a la contricción y el propósito de enmienda, como se pide perdón para que parezca que eres sincero, aunque por dentro te estés descojonando vivo?
Cuando no sabes pedir perdón, porque nadie te dice cómo se hace, empiezas diciendo aquello de "si he ofendido a alguien"... ¿Como que "si" - condicional - he ofendido a alguien? ¿No le explicaron Rajoy, Aguirre o Fernández Díaz, ministros o ex-ministros del gobierno de España, como él, que que sí - adverbio de afirmación -, que claro que has ofendido, Cañete, y no a alguien, sino a muchos?
Hasta los cojones tiene que estar de sus compañeros, que no han sabido potenciar sus cualidades sin número, para llevarlo en volandas a compartir el Olimpo con Europa.
Pobre Cañete.
¡Caray Pedro, una vez más lo has bordado! Tienes más razón....como otras muchas veces y además con salero.
ResponderEliminar¡Yo quiero votarte como eurodiputado!
Cómo me he reído, Pedro. Ah, ¿que no era para reír? Que es para llorar, vamos. En cualquier caso, es lo que hay. Muy bueno, Pedro!! y..., Pobre Cañete!
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