Egunon Mikel,
Hoy voy a hablarte de inteligencia. En contra de lo que dicen algunos, debo explicarte que no hay personas listas y personas tontas. Antes bien, en las personas, en todas las personas, dosis más o menos altas de inteligencia conviven con dosis más o menos altas de estupidez.
En algunas personas hay más de inteligencia que de estupidez, como es tu caso o el de tu madre. Y en otras personas hay más de estupidez que de inteligencia, como es el caso de Cristiano Ronaldo o el mío propio. En fin, hay personas que tienen un 50% de inteligencia y otro 50% de estupidez. Estas son las más desconcertantes, porque cuando las ves venir nunca sabes a qué atenerte.
La inteligencia, cualquier inteligencia, es un potencial, más que una cualidad. Y desarrollarla depende de muchas cosas, pero sobre todo, del entorno que uno tenga y de los huevos que le eche. De ahí que personas con 140 de coeficiente intelectual terminen delinquiendo y en la cárcel, o sumidas en el pozo de las drogas, amargando su existencia y la de quienes los quieren. Y que personas con un 74 pinten paisajes maravillosos, hagan fácil la vida de los demás, jueguen al balonmano como un serbio, o se ganen la vida estupendamente.
La inteligencia, cualquier inteligencia, está directamente relacionada con la competencia para resolver problemas. De Matemáticas no, ni de Física. Me refiero a problemas de los que te pasan en la vida. Por ejemplo, a ir perdiendo dos - cero en el minuto treinta o a quedarte sin dinero o sin trabajo.
Y una muestra de inteligencia superior está en no buscar problemas, cuando está demostrado que esos cabrones vienen sin que nadie los llame.
No te fíes de la apariencia al valorar la inteligencia de una persona. Ni de sus notas. Mira detrás. ¿A que no parece muy inteligente meterse en una ciudad llena de sinvergüenzas que quieren matarte? Pues Jesús lo hizo, y tonto no era. Algo habría más importante que su propia vida.
Yo voy a pensar en ello en estos días de Semana Santa. Cuídate.
Hoy voy a hablarte de inteligencia. En contra de lo que dicen algunos, debo explicarte que no hay personas listas y personas tontas. Antes bien, en las personas, en todas las personas, dosis más o menos altas de inteligencia conviven con dosis más o menos altas de estupidez.
En algunas personas hay más de inteligencia que de estupidez, como es tu caso o el de tu madre. Y en otras personas hay más de estupidez que de inteligencia, como es el caso de Cristiano Ronaldo o el mío propio. En fin, hay personas que tienen un 50% de inteligencia y otro 50% de estupidez. Estas son las más desconcertantes, porque cuando las ves venir nunca sabes a qué atenerte.
La inteligencia, cualquier inteligencia, es un potencial, más que una cualidad. Y desarrollarla depende de muchas cosas, pero sobre todo, del entorno que uno tenga y de los huevos que le eche. De ahí que personas con 140 de coeficiente intelectual terminen delinquiendo y en la cárcel, o sumidas en el pozo de las drogas, amargando su existencia y la de quienes los quieren. Y que personas con un 74 pinten paisajes maravillosos, hagan fácil la vida de los demás, jueguen al balonmano como un serbio, o se ganen la vida estupendamente.
La inteligencia, cualquier inteligencia, está directamente relacionada con la competencia para resolver problemas. De Matemáticas no, ni de Física. Me refiero a problemas de los que te pasan en la vida. Por ejemplo, a ir perdiendo dos - cero en el minuto treinta o a quedarte sin dinero o sin trabajo.
Y una muestra de inteligencia superior está en no buscar problemas, cuando está demostrado que esos cabrones vienen sin que nadie los llame.
No te fíes de la apariencia al valorar la inteligencia de una persona. Ni de sus notas. Mira detrás. ¿A que no parece muy inteligente meterse en una ciudad llena de sinvergüenzas que quieren matarte? Pues Jesús lo hizo, y tonto no era. Algo habría más importante que su propia vida.
Yo voy a pensar en ello en estos días de Semana Santa. Cuídate.
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