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Wallapop

Egunon Mikel

Tu padre y yo íbamos a la Plaza Nueva a cambiar cromos. Al acabar, dábamos una vuelta por los pórticos para ver hámsters y periquitos. Yo me quedaba mirando a esos señores que llevaban cosas para vender, y las colocaban encima de una mesa de playa. Dos novelas de Estefanía, un cenicero del alpaca con el escudo de La Coruña, un cortaúñas, un single de Los Brincos, una caja de pinturas alpino a medio uso, y unos calendarios de bolsillo de cualquier año con chicas desnudas, todo esparcido para que ocupara la mesa entera.

Miraba a esos señores con un poco de vergüenza. Y miraba a los que se acercaban a preguntar el precio de las cosas con la misma vergüenza. ¿Pero cómo venden eso? ¿Pero quien comprará esa mierda?

Hoy he echado un vistazo a mi perfil de wallapop y me he dado cuenta de que soy uno de ellos.

Y ni rastro de vergüenza, oye.


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Declaración de intenciones

Las lágrimas se guardan para los entierros, y la vida hay que buscarla allí donde lo dejan a uno. En una casa buena de Cádiz o en el infierno. Donde sea, donde se pueda El asedio, de Arturo Pérez Reverte Esta es la sabiduría de Felipe Mojarra, salinero, de la Isla, de barro hasta las rodillas y que pelea contra el francés, en el año de 1811, en la Bahía de Cádiz, sin saber por qué. Y esa es la que buscaré compartir con vosotros cada mañana desde este rinconcito de la red. ¡Qué gusto volver a escribir!
Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, se va volviendo mi hogar, llenándoseme de nombres. No es ya un extraño país lejano en el horizonte, es cita donde me aguardan pupilas que me conocen, labios que me dieron besos, pieles que llevan mis roces. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, de gestos ya conocidos de amor, de abrazos que acogen, en los que revivir puedo amadas palpitaciones, y tantos y tantos sueños que aguardan consumaciones. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones: me gusta saber que Dios prepara para los hombres Paraísos que permiten recuperar los adioses. Allí se me van llegando uno a uno mis amores, con besos hoy silenciosos que tendrán resurrecciones. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, se va volviendo mi hogar, llenándoseme de nombres.