Ir al contenido principal

Securitas Direct

(si os preguntáis por qué ha transcurrido más de un año sin un egunon Mikel, no tengo la respuesta)

- Securitas Direct, dígame?

- Buenos días, no pienso instalar una alarma, y menos, la suya. No tengo miedo de que me roben. De hecho, vivo a ras de calle y me dejo las llaves puestas por fuera una vez a la semana, más o menos, y a veces, toda la noche. Los ladrones me ignoran porque saben que lo que tengo ahí dentro no vale un pimiento. Aunque intenten ustedes crearme una inquietud con su malditos anuncios de a todas horas, me dan igual sus historias, rollos burgueses de familias de lechuguinos que viven en chalets, acojonaos de que les entren, de que se les metan en las casas, la de aquí y la de la playa, que casa con dos puertas mala es de guardar y dos casas con una puerta cada una, igual de mala que una casa con dos puertas. Váyanse al carajo, ustedes, sus alarmas, su musiquillla machacona, su publicidad infecta, los vecinos hablando de jardín a jardín y de chalet a chalet.


Ya está.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Declaración de intenciones

Las lágrimas se guardan para los entierros, y la vida hay que buscarla allí donde lo dejan a uno. En una casa buena de Cádiz o en el infierno. Donde sea, donde se pueda El asedio, de Arturo Pérez Reverte Esta es la sabiduría de Felipe Mojarra, salinero, de la Isla, de barro hasta las rodillas y que pelea contra el francés, en el año de 1811, en la Bahía de Cádiz, sin saber por qué. Y esa es la que buscaré compartir con vosotros cada mañana desde este rinconcito de la red. ¡Qué gusto volver a escribir!
Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, se va volviendo mi hogar, llenándoseme de nombres. No es ya un extraño país lejano en el horizonte, es cita donde me aguardan pupilas que me conocen, labios que me dieron besos, pieles que llevan mis roces. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, de gestos ya conocidos de amor, de abrazos que acogen, en los que revivir puedo amadas palpitaciones, y tantos y tantos sueños que aguardan consumaciones. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones: me gusta saber que Dios prepara para los hombres Paraísos que permiten recuperar los adioses. Allí se me van llegando uno a uno mis amores, con besos hoy silenciosos que tendrán resurrecciones. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, se va volviendo mi hogar, llenándoseme de nombres.