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globos

Egunon Mikel,

dice la prensa que la factura de globos que le pasaron a un matrimonio de políticos madrileños cuando celebraron la fiesta de cumpleaños de alguno de sus hijos, hace diez años, ascendió a 240 euros. A cinco céntimos el globo (acabo de comprobar el precio en los chinos), me salen 4800 globos. Si consideramos una inflación media de 3% anual, el precio del globo sería hace diez años de 0,035 centimos, y el número de globos que se podían comprar ascendería a 6857. Si consideramos 30 niños invitados a la fiesta, salen a 228 globos por niño.

A mi me parecen muchos.

O hay un error en la información, o en la factura, o en la cabeza de este matrimonio de políticos madrileños.

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Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, se va volviendo mi hogar, llenándoseme de nombres. No es ya un extraño país lejano en el horizonte, es cita donde me aguardan pupilas que me conocen, labios que me dieron besos, pieles que llevan mis roces. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, de gestos ya conocidos de amor, de abrazos que acogen, en los que revivir puedo amadas palpitaciones, y tantos y tantos sueños que aguardan consumaciones. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones: me gusta saber que Dios prepara para los hombres Paraísos que permiten recuperar los adioses. Allí se me van llegando uno a uno mis amores, con besos hoy silenciosos que tendrán resurrecciones. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, se va volviendo mi hogar, llenándoseme de nombres.