Ir al contenido principal

spam

A Firmin infestar le parece una palabra interesante. Dice que la gente normal no infesta, por más que se empeñe. Y que cuando te pones a infestar, estás buscándote un lío.

Pues no estoy de acuerdo, porque yo tengo el buzon de entrada de mi correo electrónico infestado de mensajes absurdos que alguien ha mandado, un ser humano, y además, sin ninguna conciencia de estar buscándose ningún lío.

Y cuando los borro aparecen nuevos. En el rato que llevo escribiendo este bonito egunon, he sido seleccionado para unirme al panel HIving, que no sé lo que es ni me importa, he sido invitado por Fosco a disfrutar de la elegancia y de la distinción del color arena, y por ya.com a disfrutar de un adsl de 10 megas por solo 9,95 euros al mes, que no se lo creen ni ellos, y además me han ofrecido conseguir dinero extra convirtiéndome en distribuidora avon.

Con todo, infestar es una palabra interesante. Y más interesante me parecería infestarles a ellos, a HIving, a Fosco, a ya.com y a avon. Infestarles el correo de mierda o la cara de granos.

Pesaos.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Declaración de intenciones

Las lágrimas se guardan para los entierros, y la vida hay que buscarla allí donde lo dejan a uno. En una casa buena de Cádiz o en el infierno. Donde sea, donde se pueda El asedio, de Arturo Pérez Reverte Esta es la sabiduría de Felipe Mojarra, salinero, de la Isla, de barro hasta las rodillas y que pelea contra el francés, en el año de 1811, en la Bahía de Cádiz, sin saber por qué. Y esa es la que buscaré compartir con vosotros cada mañana desde este rinconcito de la red. ¡Qué gusto volver a escribir!
Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, se va volviendo mi hogar, llenándoseme de nombres. No es ya un extraño país lejano en el horizonte, es cita donde me aguardan pupilas que me conocen, labios que me dieron besos, pieles que llevan mis roces. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, de gestos ya conocidos de amor, de abrazos que acogen, en los que revivir puedo amadas palpitaciones, y tantos y tantos sueños que aguardan consumaciones. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones: me gusta saber que Dios prepara para los hombres Paraísos que permiten recuperar los adioses. Allí se me van llegando uno a uno mis amores, con besos hoy silenciosos que tendrán resurrecciones. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, se va volviendo mi hogar, llenándoseme de nombres.